
El fundido a negro llegó a las 12.32. El lunes 28 de abril España sufrió un colapso histórico. Las luces de calles y edificios se apagaron, las comunicaciones quedaron interrumpidas y los hospitales y otros servicios esenciales comenzaron a funcionar gracias a generadores externos.
La recuperación llegó de forma paulatina y asimétrica a lo largo de la tarde y la noche del lunes. En este martes, tal y como informa Red Eléctrica, ya ha podido recuperarse el 100% de la demanda eléctrica.
Entre tanto, en una declaración realizada desde La Moncloa tras la segunda reunión del Consejo de Seguridad Nacional del día, Pedro Sánchez no pudo especificar la causa del incidente. No obstante, destacó que “se están analizando todas las causas posibles, sin descartar ninguna hipótesis”. Además, señaló que las instituciones estatales competentes, junto con los operadores privados, están trabajando de manera coordinada “para esclarecer lo ocurrido”. Por el momento, y a la espera de una conclusión definitiva, son muchos los que reflexionan sobre lo ocurrido durante la jornada del lunes. Así, entre las dudas más repetidas destaca el desconcierto por el colapso en los teléfonos móviles.

Por qué dejaron de funcionar los móviles durante el apagón de España
La telefonía móvil depende de una red de antenas distribuidas a lo largo del territorio, las cuales facilitan la conexión de los dispositivos móviles a la red. Estas estaciones requieren un suministro constante de energía eléctrica para su funcionamiento. En situaciones de apagón, muchas de ellas están equipadas con generadores o baterías de respaldo que les permiten seguir operando durante un tiempo limitado. No obstante, no todas las antenas disponen de estos sistemas de apoyo, ya que su instalación no es obligatoria.
Cuando una estación base carece de respaldo o este se agota, la antena deja de funcionar, lo que provoca la pérdida de cobertura, tanto de voz como de datos móviles, o incluso de ambas. Además, si los generadores no se activan correctamente, no cuentan con suficiente combustible o no han sido mantenidos adecuadamente, la antena también puede apagarse.
Según informan las operadoras en sus páginas web, las baterías de respaldo tienen una duración de entre 2 y 8 horas, dependiendo del equipo y su mantenimiento. La falta de un sistema de respaldo adecuado pone en riesgo la cobertura, especialmente en áreas donde los apagones son más frecuentes, afectando a la conectividad de los usuarios.
¿Y qué pasa con los datos móviles?
Así pues, los expertos advierten de que la telefonía móvil no opera de manera independiente, sino que depende de otras infraestructuras clave, como centros de datos y redes de fibra óptica.
De esta forma, si un centro encargado de gestionar llamadas o tráfico de datos pierde energía y sus sistemas de respaldo fallan, toda una región puede quedarse sin servicio. Además, algunos nodos de red dependen de tendidos de fibra óptica, los cuales, si sufren cortes de energía en sus estaciones repetidoras, también pueden generar interrupciones en la cobertura. Por último, durante un apagón, son muchas las personas que intentan conectarse a una misma vez, lo que genera congestión en la red, dificultando el acceso a servicios.