
Durante el lunes 28 de abril de 2025, ocurrió un apagón masivo que afectó a España y varias regiones de Europa, generando caos en la península ibérica, en especial en España y Portugal. Miles de personas se vieron atrapadas sin electricidad, lo que paralizó aeropuertos, supermercados, redes de transporte, y sistemas de pago, creando una situación sin precedentes.
Aunque las primeras investigaciones no han dado un veredicto definitivo, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España ya ha señalado la posibilidad de que este apagón haya sido causado por un ciberataque a gran escala.
El impacto del apagón: más que una simple interrupción eléctrica

El apagón dejó a millones de personas sin electricidad, afectando severamente la vida diaria. Las principales ciudades españolas, como Madrid y Barcelona, vieron cómo el tráfico colapsó debido a la caída de los semáforos. Además, la red ferroviaria se paralizó, con miles de pasajeros atrapados en estaciones y trenes sin poder continuar su viaje.
En Madrid, incluso el metro fue evacuado por precaución, mientras que en hospitales, las cirugías programadas fueron suspendidas debido a los cortes de energía.
En Portugal, el apagón también causó estragos. Supermercados cerraron sus puertas, y los sistemas de pago fallaron, dejando a muchas personas atrapadas sin poder acceder a efectivo.
Mientras tanto, las autoridades españolas y portuguesas iniciaron una serie de investigaciones para determinar la causa de este incidente de gran escala.

¿Ciberataque o fallo técnico?
A medida que las investigaciones avanzaban, se fue mencionando la posibilidad de que el apagón estuviera vinculado a un ciberataque, una amenaza cada vez más común en el panorama global.
Las autoridades de seguridad, como el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) y el Centro Criptológico Nacional (CCN), comenzaron a examinar los sistemas eléctricos y las redes de comunicación para determinar si hubo alguna intrusión maliciosa.
El contexto geopolítico también ha sido relevante. En los últimos años, Europa ha sido blanco de ciberataques por parte de actores estatales, especialmente en el marco del conflicto en Ucrania.

De hecho, España ha sufrido varios intentos de ciberataques rusos a sus infraestructuras críticas, lo que eleva las sospechas sobre una posible implicación externa en el apagón.
Cómo funciona un ciberataque a infraestructuras críticas
Un ciberataque a una infraestructura crítica como la red eléctrica puede tomar muchas formas. Uno de los métodos más comunes es el uso de malware, que se infiltra en los sistemas informáticos que gestionan la red eléctrica.
Este software malicioso puede desactivar las defensas del sistema, corromper datos o incluso causar fallos físicos en los equipos de infraestructura. En 2015, Ucrania sufrió un apagón masivo debido a un ciberataque que dejó a gran parte del país sin electricidad. Este tipo de ataques, aunque difíciles de detectar, tienen el potencial de paralizar economías enteras y poner en peligro la seguridad nacional.
La reacción de las autoridades y las medidas preventivas
Frente a la magnitud del apagón, los gobiernos de España y Portugal activaron gabinetes de crisis para gestionar la emergencia. En España, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez lideró la respuesta, mientras que en Portugal, el ministro de la Presidencia, António Leitão Amaro, subrayó que el apagón podría estar relacionado con una vulnerabilidad fuera de las fronteras nacionales.
A pesar de las investigaciones en curso, no hay pruebas concluyentes que confirmen que el incidente fue un ciberataque.
Mientras tanto, las autoridades instaron a la calma y a la prudencia. Se recomendó evitar desplazamientos por carretera, y en algunas ciudades, los hospitales y servicios de emergencia comenzaron a operar con generadores de energía para garantizar la continuidad de los servicios esenciales.
Las autoridades también empezaron a revisar los sistemas de control de la red eléctrica para detectar posibles fallos o manipulaciones.
Este apagón pone en evidencia la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas ante ciberataques. Las redes eléctricas, sistemas de transporte y otros servicios esenciales son ahora un objetivo principal para los ciberdelincuentes, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad cibernética global.