Un director general de una empresa es despedido por acosar sexualmente a dos empleadas: “Sé que estás de viaje, pero voy a seguir llamándote”

La sentencia señala que se vulneraron la dignidad y los derechos de las trabajadoras afectadas

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(Imagen Ilustrativa)
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“El motivo de la presente es comunicarle la decisión unilateral de esta empresa (...) de proceder a su despido disciplinario en la fecha que consta en la presente comunicación. La razón que fundamenta esta decisión es la transgresión de la buena fe contractual, el abuso de confianza y el acoso sexual o por razón de sexo a personas que trabajan en la compañía (...) y que ha supuesto la pérdida inmediata de la confianza en Ud. depositada en tanto que Director General de la misma y persona que debería representar los valores de la compañía”. Así arrancaba la carta de despido que recibió el CEO de una empresa de Madrid, tras haber sido acusado de acosar sexualmente a dos empleadas. A continuación, la misiva —incluida en la sentencia del juicio que se celebró posteriormente— detalla el caso, que investigó la directora de Recursos Humanos de la empresa.

Como probaron los testimonios de las trabajadoras y las pruebas aportadas -como mensajes de WhatsApp-, hubo numerosos episodios de insinuaciones y ‘avances’ en los que ellas se sintieron intimidadas y con miedo a perder su empleo si decían ‘no’ demasiado rotundamente.

Por ejemplo, según esa investigación, en una ocasión a una de las empleadas “procedió a cogerle del brazo y a pedirle que subieran al piso de arriba, donde la llevó de manera obligada. Sin soltarle del brazo, impidiendo que pudiese marcharse, le dijo que se sentía atraído por ella (...), la cual intentaba zafarse sin éxito”. También enviaba mensajes de WhatsApp con “vídeos fuera lugar” y “frases y comentarios que no son aceptables en un ámbito profesional y mucho menos aún cuando se trata de un director general dirigiéndose a una empleada”: “Sé que estás de viaje, pero voy a seguir llamándote”, le dijo a una de ellas, cuando estaba con su familia. “La empleada manifestó que no se atrevió a decirle que no, pues no sabía lo que le iba a pasar, cómo iba a reaccionar y que repercusiones podía tener, manifestando que lo que tenía ‘es miedo a que te machaque psicológicamente’”.

En cuanto a la otra empleada, “al ver que empezaba a recibir mensajes un domingo, creyó que era por un tema profesional, pero que al ver que no era así tuvo que apagar el móvil, al causarle la situación ansiedad, ya que se veía forzada a tenerle que contestar”.

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“Completamente inapropiado”

Al final, las trabajadoras no aguantaron más la situación y decidieron denunciar a través de los canales internos de la empresa, lo que desembocó en el despido disciplinario. El director general recurrió la decisión, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha ratificado la extinción del contrato. Según la sentencia, “prueba que usted sabía que era completamente inapropiado lo que estaba haciendo, es el hecho de pedirle permiso a la trabajadora para seguir mandándole mensajes y alegar un teórico respeto hacia ella, lo que denota la culpabilidad de sus actos y el intento de protegerse frente a los mismos, sabiendo como sabía que la empleada no iba a ser capaz de contestar otra cosa que no fuera que no le molestaba”.

Los magistrados consideraron que “las pruebas expuestas acreditan la existencia de conductas indeseables e inaceptables que afectan gravemente a la dignidad de las trabajadoras”. El uso de expresiones y acercamientos impropios en su relación con subordinadas refleja un abuso de autoridad, finaliza el tribunal.