
La historia de Álex Florensa es un testimonio de fortaleza, un relato de cómo la superación personal y la valentía pueden no solo trasformar una vida, sino también convertirse en un motor de esperanza y cambio para los demás. Hoy, a sus 53 años, Florensa es psicólogo clínico y fundador del Centro Eines en Sant Cugat del Vallès, Barcelona, donde dedica su tiempo y esfuerzo a ayudar a personas que, como él, luchan contra las adicciones. Sin embargo, su vida no siempre fue un cámino de éxito.
“Hace 18 años yo era un drogadicto y ahora tengo una vida”. Con esta carta de presentación, Álex Florensa, conocido como ’el Recuperapersonas’, abre las puertas de su historia a Infobae España. En su juventud, estuvo atrapado en las redes de la adicción, vivió casi como un indigente y tocó fondo antes de lograr salir del abismo.
El principio del fin
Álex Florensa nació en una familia normal de Barcelona, donde creció bajo una educación que le alertó sobre los peligros del alcohol y otras sustancias. No obstante, desde su adolescencia su vida tomó un giro inesperado.
A los 15 años, comenzó a consumir alcohol, una droga que, como él mismo explica, es lo primero con lo que se encuentra todo el mundo a la hora de socializar:“El alcohol es una droga social, y cuando empiezas a salir con 15 o 16 años, es lo primero que ves”.
Lo que comenzó como una forma de interactuar con sus amigos se convirtió en un problema serio. Florensa se vio atrapado en una adicción que ya no podía controlar. “Al principio, no podía parar. Mis padres me castigaban; pasaba un mes sin beber, pero cuando salía del castigo, volvía a lo mismo. Así fue como me fui enganchando”, relata.
Florensa admite que de joven nunca fue uno de los mejores estudiantes, y fue diagnosticado con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Encontró en las sustancias psicoactivas una manera de evadirse, lo que le llevó a experimentar con drogas como la cocaína, que probó durante el servicio militar en Jaca. “Si a mí me llegan a decir media hora antes que yo probaría la cocaína, te digo que eso es imposible. Y lo hice”, recuerda.
A lo largo de los años, Florensa continuó su descenso por el mundo de las drogas, cruzando límites que lo llevaron a un ambiente dantesco. Vivió en condiciones extremas, sin luz, agua ni gas, como si fuera un indigente en su propia casa. “La adicción era tal que llegué a beberme una botella de colonia porque no me quedaba alcohol”, confiesa.
Tocar fondo: en el abismo de la adicción
El punto de inflexión llegó cuando, a los 34 años, Florensa apenas pesaba 53 kilos y estaba completamente solo, alejado de su familia. Fue en ese momento cuando sus padres, con la ayuda de profesionales, decidieron ingresar a Álex en un centro de rehabilitación.
El proceso de desintoxicación no fue fácil, ni rápido. Florensa pasó cuatro años de tratamiento, un periodo en el que experimentó las duras consecuencias del síndrome de abstinencia y las recaídas. “Dejar de consumir es lo más duro que he hecho en mi vida”, asegura.
“El tratamiento de las adicciones es un proceso largo, de consolidación de nuevas conductas saludables y de crecimiento personal”, explica Florensa. “Un proceso del que sale uno o dos de cada diez”, describe.
Un nuevo propósito: ayudar a otros
Fue durante su rehabilitación cuando entendió la importancia de cambiar sus conductas y adoptar nuevos hábitos. A lo largo de esos años, se dedicó a estudiar y formarse. Obtuvo el título de Experto en Adicciones y un Máster en Psicología Clínica, además del título de entrenador personal y guía de montaña.
Tras completar su tratamiento, Florensa dejó atrás su vida anterior y decidió dedicarse por completo a ayudar a las personas que, como él, luchan contra las adicciones. Así nació el Centro Eines, en el que, junto con su equipo, ofrece terapia cognitiva conductual, terapia de grupo y actividades deportivas como herramienta de rehabilitación.
“Las adicciones son una enfermedad, no un vicio”, afirma. A través del deporte, sus pacientes aprenden a desarrollar resistencia y constancia. “El adicto es experto en empezar muchas cosas y no acabar una caminata. Aquí se empieza y se acaba. Todo lo que se hace en un tratamiento de drogodependencia se empieza y se acaba”, señala.
Dar ejemplo: ‘Transeinescat<i>’</i>
Un aspecto fundamental del enfoque de Florensa es la importancia de dar ejemplo. En 2018, decidió llevar su mensaje de esperanza a un nivel más personal y profundo, realizando una caminata por Cataluña con un grupo de pacientes en tratamiento.
Transeinescat, como se llamó el proyecto, consistía en cruzar Cataluña a pie durante un mes, mientras los participantes se sometían a un tratamiento itinerante. Durante la travesía, Florensa no solo promovía la rehabilitación, sino que también daba charlas sobre prevención de adicciones.
Este viaje fue un éxito, y en 2021, tras la pandemia, decidió expandir su proyecto. Dio toda la vuelta a Cataluña a pie, recorriendo 1.200 kilómetros con una mochila y su testimonio de vida como principal herramienta. Durante este viaje, realizó charlas de prevención de adicciones en diferentes localidades y ayudó a muchas personas a comprender que salir de las adicciones es posible.
El desafío de recorrer España paso a paso
Este 2025, Florensa ha decidido enfrentar un nuevo reto: recorrer toda España a pie, desde Tarifa hasta Sant Cugat del Vallès. Con este proyecto, ‘el Recuperapersonas’ busca concienciar sobre las adicciones y la prevención, ofreciendo charlas gratuitas y encuentros con personas interesadas en aprender más sobre el proceso de rehabilitación.
“Con ayuda todo es posible, porque si quieres dejar de consumir, el camino existe”, afirma.