
A quien nunca se ha planteado, o no ha podido, comprarse una casa, puede que no le suene familiar, pero lo cierto es que la Ficha Europea de Información Normalizada- conocida comúnmente como FEIN- es un documento esencial en el proceso de contratación de una hipoteca, ya que contiene las condiciones definitivas y personalizadas del préstamo hipotecario que se negocia con el banco.
Este documento, que tiene carácter vinculante, debe ser entregado al solicitante antes de la firma del contrato, y su validez se extiende por un período máximo de 30 días naturales.
En ese sentido, la FEIN no solo detalla las características del préstamo, sino que también asegura que el cliente disponga de toda la información necesaria para tomar una decisión informada, y que no haya ningún tipo de conflicto a posteriori.
Y es que la importancia de este documento radica en que establece de manera clara y transparente las condiciones del préstamo hipotecario, incluyendo aspectos como el importe total, el plazo de devolución y el tipo de interés aplicable.
Precisamente por esto, la FEIN es un paso obligatorio en el proceso de formalización de una hipoteca, y su entrega debe realizarse con al menos 10 días de antelación a la firma del contrato en la notaría.
¿Qué otros puntos clave hay que conocer de esta ficha del ámbito inmobiliario?
Contenido detallado de la FEIN
La FEIN incluye una amplia gama de información que es muy relevante para el prestatario, es decir, para la persona que va a recibir el dinero para comprar un piso, y deberá pagarlo a lo largo de los siguientes años de su vida.
Entre los datos más destacados se encuentran los detalles del prestamista, las comisiones aplicables y el importe total del préstamo hipotecario. También se especifica el valor del inmueble y el porcentaje del préstamo en relación con dicho valor, lo que permite al cliente conocer la proporción financiada por el banco.
Otro aspecto fundamental que recoge este documento es el tipo de interés aplicable. En el caso de hipotecas a tipo variable, se detalla el índice de referencia, que habitualmente es el euríbor, y el diferencial correspondiente. Además, se informa sobre el importe total que el prestatario deberá desembolsar, incluyendo los intereses, así como la periodicidad de los pagos y el número de cuotas.
La FEIN, por otro lado, también proporciona un cuadro de amortización, que permite al cliente conocer cuánto capital se amortizará con cada cuota. Asimismo, se especifican las comisiones por amortización anticipada, si las hubiera, y las consecuencias de un posible incumplimiento en el pago de las cuotas.
Finalmente, el documento detalla los derechos del prestatario, como el derecho de desistimiento y el derecho de portabilidad, lo que garantiza, a todas luces, una mayor protección para el cliente.

Otros documentos clave en el proceso hipotecario
Antes de recibir la FEIN, el solicitante de una hipoteca también obtiene la Ficha de Información Precontractual (FIPRE). Este otro documento no tiene carácter vinculante y se limita a proporcionar información básica sobre las condiciones generales del préstamo hipotecario ofrecido por el banco.
Ahora bien, entre los datos que incluye se encuentran el tipo de interés (ya sea fijo, variable o mixto), el índice de referencia, el plazo de amortización, las comisiones y los gastos asociados, como los de tasación. Además, se mencionan los productos vinculados que podrían ser necesarios para la concesión del préstamo.
Y, además, junto con la FEIN, el banco entrega al cliente la Ficha de Advertencias Estandarizadas (FiAE). Este documento complementa la información proporcionada al detallar las cláusulas específicas del contrato hipotecario.
Entre otros aspectos, la FiAE explica cómo se calculan las cuotas en función del euríbor, los gastos derivados de la constitución de la hipoteca y las condiciones para la aplicación de la cláusula de vencimiento anticipado, que es el contrato que permite al prestamista exigir el pago total de la hipoteca en caso de que el prestatario incumpla alguna condición.
Una vez que el cliente ha revisado y aceptado las condiciones, deberá acudir en dos ocasiones a la notaría. En la primera visita, el notario realiza una serie de preguntas para asegurarse de que el prestatario comprende todas las cláusulas de la hipoteca.
En esta etapa, se firma un acta previa que certifica que el cliente ha sido informado de manera adecuada mediante los documentos antes mencionados.
Y, por último, en la segunda visita, ya en presencia de representantes del banco, se procede a la firma definitiva del contrato hipotecario.