
A la hora de vender o alquilar cualquier vivienda en España, es imprescindible que esta cuente con un certificado de eficiencia energética. Así lo establece la normativa recogida actualmente en el Real Decreto 390/2021, que obliga a presentar este documento antes de la firma de un contrato de arrendamiento o una operación de compraventa. Además, en plena campaña de la declaración de la Renta 204-2025 a muchos propietarios puede interesarles tener este certificado a mano, ya que permite aplicarse algunas deducciones y desgravaciones en el IRPF al liquidarlo con Hacienda.
Este documento informa sobre el consumo energético del inmueble y su impacto medioambiental, aspectos cada vez más relevantes en el mercado inmobiliario, y asigna una calificación que va de la A hasta la G, siendo la primera la mejor y la última la peor. Su vigencia es de diez años y debe registrarse en el organismo autonómico correspondiente.
Pasos para obtener un certificado energético
En primer lugar, el propietario del inmueble deberá ponerse en contacto con un profesional que cuente con las competencias necesarias para evaluar aspectos como el aislamiento, la climatización y la orientación del edificio. Valdrán para esto perfiles como arquitectos, ingenieros, aparejadores u otros técnicos especializados que puedan acreditar tener la formación adecuada. Además, es fundamental que la persona que realice la inspección esté registrada y autorizada como tal para garantizar la validez del informe.
Una vez contratado, el técnico deberá acudir presencialmente a la vivienda para analizar la casa y recopilar toda la información relevante necesaria para elaborar un informe detallado al respecto. Esto incluirá, por ejemplo, el tipo de construcción, los materiales utilizados, el aislamiento térmico, las instalaciones de calefacción, refrigeración, ventilación y producción de agua caliente, entre otros.

A partir de estos datos, se podrá calcular el consumo energético necesario para mantener unas condiciones de comodidad razonables. Estas conclusiones se recogerán en un certificado que no solo propondrá una calificación entre A y G para la vivienda, sino también recomendaciones específicas de reformas o cambios realizables en el piso para mejorar el rendimiento energético de la vivienda.
Cuánto cuesta un certificado energético
A continuación será necesario registrar el certificado en el organismo pertinente. Esta institución variará según la comunidad autónoma en la que esté situada el inmueble, ya que cada una de las regiones gestiona de forma independiente su registro de estos documentos. Algunos territorios permiten realizar este trámite por internet, mientras que otros exigen la asistencia. En este proceso puede ser necesario abonar una tasa administrativa, cuyo importe varía en función de la comunidad.
El coste de obtener un certificado energético depende de varios factores, principalmente del tamaño y tipo de vivienda, su ubicación geográfica y el técnico contratado. De manera orientativa, los precios suelen oscilar entre los 50 y los 300 euros de media para pisos y viviendas unifamiliares de tamaño medio. Conviene solicitar varios presupuestos y asegurarse de que el técnico ofrece la visita presencial y la tramitación del registro en la comunidad autónoma.
Después de llevar a cabo el trámite del registro, el certificado ya tendrá validez legal y podrá utilizarse para cualquier tipo de gestión de venta o alquiler del inmueble, presentando el documento en el momento de formalizar cualquier contrato y publicándolo junto a los anuncios inmobiliarios.