
El Gobierno está decidido a que el incremento del gasto militar repercuta de manera positiva en la economía española mediante, principalmente, la generación de empleo y la innovación tecnológica. De hecho, esta ha sido la política que siempre ha llevado adelante el Ministerio de Defensa y ahora, después de que las exigencias de los aliados de la Unión Europea y de la OTAN hayan obligado a acelerar el desembolso de dinero para reforzar las capacidades de las Fuerzas Armadas, la tónica continuará -más aún- siendo la misma. De esta manera, el Ejecutivo se apoyará en el entramado industrial nacional para materializar la mayoría de los programas armamentísticos que figuran en el denominado Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, dotado de 10.471 millones de euros.
Como ya adelantó, a finales del pasado marzo, Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, uno de los objetivos de este “gran plan nacional” es desarrollar e impulsar la industria militar española, “apostando por la innovación, la creación de nuevas empresas locales y la mejora de nuestro capital humano”, detalló entonces el presidente. Así, las empresas armamentísticas tendrán un papel destacado en la hoja de ruta señalada por el Gobierno y serán las cuatro gigantes del sector -Navantia, Indra, Airbus y Santa Bárbara Sistemas- las responsables de traccionar al resto de compañías de la industria, compuesta de empresas de tamaño medio y pymes.
El astillero público, por ejemplo, tendrá un rol fundamental en al menos tres de los programas especiales de modernización (PEM) que forman parte del tercer pilar del proyecto presentado por Sánchez este martes, dedicado a los “Instrumentos de defensa y disuasión” que precisarán las Fuerzas Armadas de cara a los próximos años. En este sentido, Navantia se ocupará no solo de la construcción de un nuevo buque de aprovisionamiento de combate, embarcación prometida por el propio presidente durante la campaña de las elecciones autonómicas gallegas, en 2024. Para llevar a cabo estos trabajos, el Ejecutivo ha presupuestado 100 millones de euros para este año. De igual manera, la empresa naval será la encargada de emprender la modernización de las cinco fragatas F-100 y los dos buques de asalto anfibio de la Armada, iniciativas valoradas en 225 millones y 100 millones de euros, respectivamente.
Por su parte, Indra será responsable de gestionar los 216 millones que Defensa ha destinado a la “maduración tecnológica de los distintos paquetes de trabajo” dentro del programa FCAS, que trata del diseño y desarrollo del futuro avión de combate europeo, llamado a reemplazar a los Eurofighter, en el que ya están trabajando España, Francia y Alemania, aunque con importantes retrasos por desencuentros entre los socios. De igual manera, previsiblemente la tecnológica presidida por Ángel Escribano estará vinculada a más de uno de los proyectos del segundo pilar del plan anunciado por La Moncloa, dedicado a “Nuevas tecnologías de telecomunicaciones y ciberseguridad” y con un presupuesto de 3.262 millones de euros.
También Airbus tendrá un papel destacado en numerosos PEM, principalmente, los relacionados con la adquisición y modernización de nuevos helicópteros de entrenamiento y enseñanza de vuelo, que contarán con un presupuesto de 392 millones de euros. Del mismo modo, se prevé que el gigante aeroespacial participe, junto a la empresa turca TAI, en el desarrollo de un nuevo caza en el que se formen los futuros pilotos de combate del Ejército del Aire. Este último programa supondrá un desembolso de 275 millones este año.
Nuevos blindados
Muchos de los 11 PEM que se incluyen en el tercer pilar del plan del Gobierno ellos están destinados a distintos vehículos, carros de combate y unidades acorazadas, territorio en el que Santa Bárbara Sistemas es experta. Así, esta compañía, en manos de la estadounidense General Dynamics desde principios de siglo, tendrá un importante rol en el Vehículo de Apoyo de Cadenas (VAC), modelo con el que se sustituirá a la actual y vetusta flota de blindados TOA y al que este año se destinarán 200 millones de euros.
Otra de las iniciativas en las con seguridad estará inmersa la compañía que busca adquirir Indra es la actualización de los vehículos de combate de infantería Pizarro, con una financiación, este 2025, de 60 millones de euros. De acuerdo al plan del Gobierno, este programa persigue el “desarrollo de un vehículo combate de cadenas que permita a las unidades de maniobra operar en cooperación con las formaciones de carros de combate”. La previsión es adquirir 119 de estos vehículos.