Tres años de cárcel para la policía que pasaba información a un grupo criminal: “Estaba dispuesta a hacer uso de ese estatus”

La agente mantenía relaciones personales con dos delincuentes y accedió a bases de datos policiales para facilitarles información confidencial

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Choni Kelly, la policía condenada
Choni Kelly, la policía condenada a tres años de cárcel (Greater Manchester Police)

Una agente de la Policía de Manchester ha sido condenada a tres años y nueve meses de prisión tras descubrirse que proporcionó información confidencial a dos hombres implicados en actividades delictivas, con quienes mantenía relaciones personales. Choni Kenny, de 27 años, ingresó en el cuerpo en 2020.

Durante una vista que se prolongó durante dos días, salieron a la luz detalles sobre las relaciones que mantuvo con Josh Whelan, descrito por el juez como un “delincuente comprometido”, y con Rahim Mottley, un antiguo compañero de colegio.

El juez Neil Flewitt KC afirmó que Kenny había traicionado no solo a la policía y a la comunidad a la que servía, sino también a su familia, amistades y a sí misma. Aunque sus actos no tuvieron como motivación un beneficio económico o el deseo de causar daño, el magistrado los atribuyó a su “ingenuidad, inmadurez y al deseo de conservar la amistad de ambos hombres”, quienes, según él, se aprovecharon de su disposición para obtener datos que les pudieran resultar útiles en sus actividades delictivas.

Colaboración con un narcotraficante desde prisión

Agentes de la Policía Metropolitana
Agentes de la Policía Metropolitana de Londres

Según se expuso en el tribunal, Kenny sentía una fuerte atracción por los dos hombres, especialmente por Whelan, con quien podría haber estado “encaprichada”. Whelan, de 31 años, estuvo cumpliendo condena entre 2021 y 2023, y durante ese periodo llegó a utilizar hasta 20 teléfonos móviles distintos, cuyo uso fue financiado por la agente. Las conversaciones mantenidas entre ambos revelaron que Kenny era plenamente consciente de que él se dedicaba al tráfico de drogas, y llegó incluso a ayudarle a gestionar su red desde la prisión.

Uno de los elementos más graves del caso fue el uso indebido por parte de Kenny de los sistemas policiales para consultar datos confidenciales que posteriormente compartía con Whelan. Entre la información facilitada se encontraba la declaración de una víctima en un caso de violencia de género en el que él estaba implicado. Además, en noviembre de 2022, cuando Whelan fue puesto en libertad, fue visto con Kenny en su BMW y ambos acudieron a un restaurante de la cadena Nando’s. Más tarde, ella acudió a su puesto de trabajo y realizó búsquedas en la base de datos policial sobre personas recientemente excarceladas.

El abogado de Whelan, Alexander Beevers, alegó que su defendido era un delincuente habitual, y que esa faceta suya era precisamente lo que atraía a Kenny. Añadió que, de forma desafortunada y poco común, ella también ostentaba el cargo de agente de policía, lo que le confería acceso a información sensible que no dudó en utilizar en beneficio de él.

Búsquedas sobre redadas y delatores locales

El delincuente ya había sido detenido, junto a su madre, por los mismos hechos, en 2024 (Policía Nacional)

En cuanto a su vínculo con Rahim Mottley, el tribunal escuchó que, tras su detención en febrero de 2022, Kenny accedió nuevamente a los sistemas policiales para consultar datos sobre la investigación abierta contra él. Llegó a advertirle sobre una redada inminente en la que se utilizarían armas de fuego, y le prometió que intentaría averiguar quiénes eran los “soplones” de la zona. Lo más llamativo es que esa promesa coincidió con su asistencia a un curso de formación interna sobre el manejo de confidentes policiales.

Mottley fue finalmente detenido en España, donde reside parte de su familia y donde Kenny había pasado un tiempo con él. Posteriormente fue extraditado al Reino Unido y condenado a dos años y cuatro meses de prisión tras admitir un delito de conspiración para cometer mala praxis en el ejercicio de un cargo público.

Por su parte, Whelan, residente en Purley Avenue, Wythenshawe (Manchester), fue sentenciado a dos años y ocho meses por diversos delitos, incluyendo posesión de objetos prohibidos en prisión, tenencia de arma blanca, agresión con agravante racial, conducta amenazante y quebrantamiento de las condiciones de su libertad bajo fianza.