
En el mundo de la numismática, pocas monedas han alcanzado el estatus de leyenda como el centavo de trigo de Lincoln acuñado en 1943.
De hecho, esta pieza, que a simple vista podría parecer un centavo común, ha llegado a alcanzar un valor de hasta 11 millones de dólares en el mercado de coleccionistas. Lo más sorprendente es que aún existen ejemplares en circulación, lo que significa que cualquiera podría encontrar una de estas monedas en un cajón olvidado de casa, o bien en el típico tarro de ahorro que nunca llegó a invertirse en nada.
Pero lo curioso de verdad viene cuando se sabe que el valor extraordinario de esta moneda radica en un simple error histórico.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Casa de la Moneda de los Estados Unidos decidió cambiar el material de las monedas de cobre a acero galvanizado, con el objetivo de destinar el cobre a la producción de armamento. Sin embargo, algunas monedas de 1943 fueron acuñadas accidentalmente en cobre, lo que las convirtió en auténticas rarezas.
Y así sucede que estas piezas, conocidas como Wheat Pennies, son hoy en día un objeto de deseo para los coleccionistas de cualquier parte del mundo.
¿Cómo se puede identificar un centavo de trigo de 1943 en cobre?
El diseño del centavo de trigo de Lincoln estuvo en circulación entre los años 1909 y 1958, pero las monedas de 1943 hechas de cobre son las que han captado la atención de los expertos. Precisamente por su originalidad.
Según expertos de Apmex, la Bolsa de Metales Preciosos de Estados Unidos, se estima que solo existen unas 40 unidades de estas monedas en todo el mundo.
Y es precisamente este número limitado, combinado con su historia única, lo que ha disparado su valor en el mercado. En 2010, un ejemplar en perfecto estado fue vendido por 1,7 millones de dólares, y las cifras han seguido aumentando desde entonces.
Para quienes sospechen tener en su poder una de estas monedas tan valiosas, existen algunos pasos básicos para verificar su autenticidad. Lo primero es revisar la fecha de acuñación, que debe ser 1943. Pero hay otro detalle importante, que es el color: las monedas de cobre tienen un tono característico que las diferencia de las de acero galvanizado.
De hecho, para confirmar el material hay una prueba muy sencilla, que es utilizar un imán. Las monedas de acero se adhieren al imán, mientras que las de cobre no lo hacen. Este método, aunque básico, puede ser un primer paso para identificar una posible joya numismática.

El proceso de tasación y venta
En caso de encontrar una moneda que cumpla con estas características, y que pase el truco del imán, los expertos recomiendan no manipularla en exceso ni intentar limpiarla, ya que esto podría reducir su valor.
También dicen que lo ideal es acudir a un especialista en numismática o a una casa de subastas para realizar una evaluación profesional.
Además, los mismos expertos en la materia sugieren que acudir a una entidad reconocida como NGC- Numismatic Guaranty Company, una empresa especializada en monedas antiguas, que también funciona en España- puede facilitar la venta de la moneda, ya que proporciona información detallada que respalda su autenticidad y valor.
Una vez la moneda de Lincoln de cobre esté tasada puede ser vendida en subastas especializadas, donde los coleccionistas están dispuestos a pagar sumas millonarias- 11 millones de dólares ni más ni menos- por estas piezas únicas.