Estos son los cinco pasos que debes seguir para impulsar el sabor del pollo asado

Hay ciertos trucos en su preparación que pueden transformarlo en una receta llena de sabor

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Pollo asado (Imagen ilustrativa Infobae)
Pollo asado (Imagen ilustrativa Infobae)

El pollo asado es uno de esos platos que nunca pasan de moda. Su versatilidad, facilidad de preparación y sabor reconfortante lo han convertido en uno de los favoritos de muchas familias de todo el mundo.

Sin embargo, para que un pollo asado realmente destaque, no basta con colocarlo en el horno y esperar que se cocine solo. Hay ciertos trucos en su preparación que pueden transformar un simple pollo asado en una experiencia llena de sabor. En este artículo te desvelamos algunos de los más importantes.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Los cinco trucos con los que lograrás un pollo asado perfecto

Uno de los primeros y más efectivos pasos para impulsar el sabor de tu pollo asado es la marinada. Este paso es crucial, ya que permite que el pollo absorba los sabores de los ingredientes y se mantenga jugoso durante la cocción. Así, la marinada ideal debe contener una base ácida, como el jugo de limón o vinagre, que ayude a descomponer las fibras de la carne, haciéndola más tierna. A esto se le puede agregar aceite de oliva, hierbas frescas como romero, tomillo, orégano, ajo picado, y sal y pimienta al gusto.

Por otro lado, es recomendable marinar el pollo durante al menos dos horas, pero si tienes tiempo, lo ideal es dejarlo reposar durante toda la noche en el frigorífico. Cuanto más tiempo se marine el pollo, más se impregnarán los sabores.

Para lograr una piel crujiente y un interior jugoso, coloca trozos de mantequilla o aceite por debajo de la piel del pollo. Para hacerlo, separa con cuidado la piel de la carne con las manos o con una cuchara de madera, sin romperla. Inserta pequeñas porciones de mantequilla, o bien, utiliza aceite de oliva, que también aporta un sabor exquisito y ayuda a dorar la piel de manera uniforme. La mantequilla aportará un toque cremoso y suave, mientras que el aceite, al ser más ligero, deja que la piel se dore perfectamente sin engrasarse demasiado.

El proceso de cocción es esencial para un pollo asado de calidad. Aunque muchos prefieren cocinar el pollo a fuego alto para apresurar el proceso, esto puede hacer que la carne quede seca o se cocine de manera desigual. El truco aquí es cocinar el pollo a temperatura moderada durante más tiempo. Esto permite que la carne se cocine de manera uniforme, logrando un interior jugoso y un exterior crujiente.

Para obtener un pollo asado perfecto, precalienta el horno a 180 °C y cocina el pollo durante aproximadamente 1 hora y 30 minutos.

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Una vez que el pollo esté cocido, no olvides añadir un toque final para resaltar aún más su sabor. Al salir del horno, rocía el pollo con un poco de jugo de limón fresco o, si prefieres algo más intenso, con un glaseado de miel y mostaza. Este toque dulzón y ácido equilibrará la riqueza de la carne y aportará un brillo apetitoso a la piel.

También puedes espolvorear hierbas frescas como perejil o cebollín picado por encima del pollo antes de servirlo. Para terminar, el pollo asado no está completo sin una buena guarnición. En este sentido, aunque las patatas son siempre una buena alternativa, no dudes en probar acompañamientos que complementen el perfil de sabores del pollo. Verduras asadas como zanahorias, calabacines, pimientos y cebollas son una excelente opción.