
La exploración de varios jóvenes aficionados al urbex, una afición que consiste en investigar edificios abandonados, ruinas y otros espacios urbanos, hace un mes acabó de una forma bastante inesperada y poco usual: después de acceder a una casa, aparentemente deshabitada desde hacía tiempo, encontraron dos cuerpos sin vida en un avanzado estado de momificación. Los difuntos que encontraron en una villa en Montericco en Verona eran Marco Steffenoni, de 75 años, y su esposa María Teresa Nizzola, de 76.
La noticia que conmocionó al pueblo italiano ha dado nuevos detalles en el caso, sobre todo al evidenciar que el matrimonio llevaba meses fallecido sin que nadie lo advirtiera. Al parecer, la historia, que comenzó con un descubrimiento casual por parte de un grupo de jóvenes exploradores urbanos, habría dado un giro inesperado: la pareja habría dejado todos sus bienes en herencia a la organización ecologista WWF, dejando fuera a sus familiares más cercanos.
Sin embargo, Paolo Steffenoni, hermano de Marco y único familiar directo, ha ofrecido una versión que explicarían los hechos. En declaraciones al diario Corriere della Sera, aseguró que su hermano y su cuñada no habían sido abandonados ni olvidados, sino que llevaban una vida aislada por decisión propia. “Marco y María Teresa no eran personas solitarias por necesidad, sino por convicción. Su vida estuvo marcada por los viajes, la naturaleza y la caridad. Eligieron alejarse del bullicio y vivir en paz”, explicó. De esta manera, la distancia que pusieron con sus seres queridos habría impedido conocer la salud de sus familiares.
“Querían que su legado sirvieran para apoyar causas medioambientales”

Tras el hallazgo de los cuerpos, Paolo se encargó de las gestiones necesarias para garantizar que recibieran un entierro digno. Pero, antes, quiso asegurarse de que se respetaran sus últimos deseos. Fue entonces cuando salieron a la luz los testamentos, conservados por un notario en la región de Emilia, que contenían una cláusula clara: la pareja deseaba legar la totalidad de su patrimonio al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), del que eran miembros desde la década de 1980.
“La voluntad de Marco y María Teresa era conocida desde hace tiempo por su entorno más cercano. Querían que todo su legado, incluida la villa donde vivían, sirviera para apoyar causas medioambientales”, aseguró Paolo. Según explicó, su hermano había solicitado expresamente ser enterrado en la capilla familiar de la familia de su esposa, en una localidad cercana a Mantua, como parte de sus últimas voluntades.
Por su parte, la organización WWF ha confirmado a Leggo que ha sido informada oficialmente de la posibilidad de ser designada heredera universal. En un comunicado, señaló que ha dado instrucciones a su equipo legal para verificar la documentación: “Nuestro objetivo es asegurar que se respeten plenamente los deseos de la pareja, también en lo relativo a su entierro”.
No obstante, persiste una cuestión pendiente: la validez del testamento de María Teresa. Según lo reconstruido hasta el momento, existen varios documentos, pero solo uno de ellos reflejaría íntegramente la voluntad común de la pareja. De este modo, ahora la responsabilidad queda en mano de los especialistas jurídicos para determinar cuál es el más reciente y, por tanto, el legalmente válido.