
Los carbohidratos podrían tener el secreto para mejorar el metabolismo del cuerpo, independientemente de la pérdida de peso. Un reciente estudio elaborado por la Universidad de Surrey (Reino Unido) sugiere que reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos, incluso sin disminuir las calorías totales, puede replicar algunos beneficios metabólicos relacionados con el ayuno o la restricción energética intermitente.
La investigación, liderada por el doctor Adam L. Collins, ha comparado los efectos agudos de distintas dietas bajas en carbohidratos en un grupo de 12 adultos jóvenes con sobrepeso u obesidad y metabólicamente saludables. Los participantes siguieron tres dietas: una dieta equilibrada en calorías con un 55% de carbohidratos (dieta control), una dieta baja en carbohidratos pero equilibrada en calorías, y una dieta baja en carbohidratos con una restricción calórica severa (equivalente al 25% de las calorías diarias recomendadas).
El estudio muestra que reducir los carbohidratos a solo 50 gramos al día (aproximadamente el contenido de carbohidratos de una taza de arroz cocido) genera beneficios metabólicos significativos comparables a los observados en el ayuno intermitente, independientemente del contenido calórico de la dieta.
Si bien los participantes experimentaron un aumento del hambre en los días de bajo consumo de carbohidratos, esto no se tradujo en un aumento de la ingesta de alimentos en los dos días siguientes, lo que sugiere que el organismo puede adaptarse a la ingesta reducida de carbohidratos, lo que podría facilitar el cumplimiento de esta dieta a largo plazo.
Beneficios más allá de las calorías
“Al restringir los carbohidratos, sin soportar déficits calóricos extremos, podemos obtener efectos metabólicos asociados al ayuno intermitente”, explica el doctor Collins en una nota de prensa. Reducir los carbohidratos parece activar un estado metabólico adaptativo que prioriza la quema de grasas y la producción de energía a partir de cuerpos cetónicos, un escenario que normalmente ocurre durante el ayuno. Esto es lo que los científicos denominan “flexibilidad metabólica”, la capacidad del cuerpo para cambiar eficientemente entre diferentes fuentes de energía según estén disponibles.
“Esto sugiere que reducir de forma periódica la ingesta de carbohidratos podría ser una forma más accesible y sostenible para mantener y mejorar la salud metabólica”, concluye el doctor.
Entre los beneficios mostrados por el estudio, está la reducción considerable de los niveles de triglicéridos postprandiales (grasa en sangre) en aproximadamente un 40%. Los triglicéridos elevados están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. A su vez, el cuerpo incrementó el uso de grasas como fuente de energía: los participantes en las dietas bajas en carbohidratos presentaron mayores niveles de ácidos grasos libres y cuerpos cetónicos en sangre, marcadores que indican un cambio metabólico hacia la oxidación de grasa.
“Este cambio hacia una mayor oxidación de grasas, junto con otros cambios metabólicos, podría representar una forma de mejorar el perfil lipídico y metabólico en personas con riesgo cardiovascular, incluso si no pierden peso de manera significativa,” explicó el Dr. Collins. “Este estudio ofrece una nueva perspectiva prometedora en intervenciones dietéticas para la salud metabólica y podría tener un impacto en el manejo de condiciones como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas o la obesidad”, sentenció.