
Turistas, Semana Santa, procesiones, viajes, fiestas, reencuentros, reservas completas… Si algo caracteriza a estos días, más allá de la tradición, es que las calles están repletas de personas disfrutando de estas jornadas en las que no tienen que acudir al trabajo. Aprovechan para salir a tomar con sus familias y amigos y ahí, al otro lado de la barra, encontrarán a camareros dispuestos a atenderles. Para muchos, la Semana Santa es sinónimo de celebración, pero para el sector hostelero se traduce en turnos aún más intensos de trabajo.
Por ello, en estos momentos es cuando los clientes deberían hacer un ejercicio de empatía y comprender que los camareros no dan abasto y que llegada una hora, lo único que desean es irse a su casa. A estas jornadas interminables, también se les suma los malos tratos que sufren a veces por parte sus superiores y otros comensales. Pero algunos comensales parecen no entender qué es el descanso personal y prefieren poner una reseña negativa del establecimiento ante su ‘mala experiencia’
Jesús Soriano, más conocido en redes como @soycamarero desde hace ocho años, es el encargado de publicar en sus perfiles de TikTok, X e Instagram las opiniones injustas que los consumidores dejan a los restaurantes. Además de ser el altavoz de las quejas y denuncias de sus compañeros de profesión.
“Nos atendieron con muy pocas ganas”

En esta ocasión, un comensal se queja de la falta de actitud del personal de un restaurante al que acudió. “Nos atendieron con muy pocas ganas, estaban deseando cerrar”, asegura. “Nos dijeron que la cocina ya estaba cerrada y les solicité alguna tapa fría y eso que era Lunes Santo a las 10 de la noche”, añade. A este cliente también se le nota molesto porque no les dieran “a probar el vino” y critica la ensaladilla porque “no estaba muy buena”. El local tampoco le convenció porque “es ruidoso” y “tiene mala acústica”. Concluye que es “para no repetir” aunque por fuera le pareciera que tenía “encanto” por “sus grandes cristaleras”.
“Nos sorprende el contenido de tu reseña”

Sin embargo, si nos paramos a leer la respuesta del local, nos damos cuenta de que las historias no encajan y que puede que al consumidor se le haya olvidado aportar ciertos datos relevantes. “Lamentamos sinceramente que tu experiencia no haya sido satisfactoria”, arranca el dueño del establecimiento. “Aunque nos sorprende el contenido de tu reseña, ya que no se corresponde con lo ocurrido”, continua.
“La noche del Lunes Santo, pese a que la cocina ya había cerrado, hicimos una excepción y os servimos la tapa fría pasadas las 23:15, como muestra el ticket de compra emitido a las 00:00″, narra. “Lo hicimos con la mejor intención, precisamente con el contexto de Semana Santa y para que no os quedarais sin cenar”, asegura.
En cuanto al ambiente del local que tanto les molestó, aclara que estas fechas es habitual ese “bullicio”, ya que el restaurante se encuentra “en pleno centro de Sevilla y las cofradías pasan muy cerca”. “Respecto a la ensaladilla, es una de nuestras tapas más apreciadas y nunca ha recibido quejas; sentimos que no fuera de tu agrado”, lamenta.
“Nuestro equipo trabaja con dedicación cada día y cuando hacemos excepciones fuera de horario es precisamente por vocación y por cuidar al cliente”, finaliza.