
Más del 90% de los usuarios leen reseñas antes de realizar una compra o acudir a un bar, según indican desde el portal Reputation Crisis. Las calificaciones bajas en estos apartados pueden disminuir “considerablemente la confianza de una marca”. Lo que significa que si muchos clientes ponen opiniones negativas en las reseñas de Google, harán que un local se posicione peor, lo que afectará a su visibilidad online.
Los clientes son conscientes del poder que tienen con tan sólo unas líneas, por ello, son múltiples los que tras —a su parecer— una mala experiencia en un restaurante, optan por dejar una de estas opiniones en la red. Lo que pasa que, como en toda buena historia, hace falta leer la respuesta del local para comprender, que los hechos no se han producido tal y como el comensal ha relatado.
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Jesús Soriano, más conocido en redes como @soycamarero, es el encargado (desde hace ocho años) de publicar estos casos en sus perfiles de TikTok, X e Instagram. Además, de ser el altavoz de las quejas y denuncias de sus compañeros de profesión.
“La comida deja mucho que desear”

En una de las últimas publicaciones de Soriano podemos ver una captura de pantalla de una reseña. En ella un cliente narra su paso por un bar. “Estuvimos cenando y la verdad que la comida deja mucho que desear”, comienza. Comenta que a pesar de que les aseguraron que las croquetas eran caseras, se las trajeron “congeladas por dentro”. Al reclamárselo al camarero, les sirvieron otras que tampoco estaban “muy hechas”. Algo que les ocurrió también con las patatas. “Vamos, deja mucho que desear, después de leer buenos comentarios por mi lado no volvería”.
“Os fuisteis sin pagar y hubo que perseguiros para que pagarais”
No obstante, la estupefacción llega al leer la respuesta del local que cuenta una historia que nada tiene que ver con la comida, pero sí con la falta de costumbre de abonar la cuenta de estos comensales. “Os fuisteis sin pagar y hubo que perseguiros para que pagarais. Irse sin pagar de un bar en este país es un delito de estafa”, arranca el dueño. “Creí que habíamos ‘quedado en paz’ cuando finalmente pagasteis. Pero ahora decidís sumar a la lista un delito contra el honor por injurias y calumnias al poner una reseña falsa”, agrega.
“Os tenemos grabados en el interior y se os verá corriendo en las cámaras del centro de la Seguridad Social contiguo a nuestro local. El bar estaba lleno de amigos que pueden testificar cómo ocurrió todo, tenemos el número de la tarjeta con la que pagasteis y tienes el detalle de hacer este comentario con tu nombre y apellidos. Sabemos que llevabais haciendo esto toda la tarde por la ciudad”, continúa.
“Hace falta ser gentuza y mala persona para tratar de estafar a una familia”

El responsable avisa que él, en su lugar, borraría la reseña y que, en el caso de que no sea así, pondrá “en marcha todos los mecanismos de los que dispone la Asociación Provincial de Hostelería para perseguir este tipo de delitos”. “Hace falta ser gentuza y mala persona para tratar de estafar a una familia que trabaja de sol a sol para sacar su negocio adelante. Y no conformes, intentar hacer daño con una reseña falsa. Dices que no volveríais, no tenéis valor para volver”, concluye.