
Llega el momento: la Declaración de la Renta se acerca de nuevo a nuestras vidas, y todo el mundo, excepto los fans de los trámites burócraticos —que los hay, aunque parezca mentira— tendrá que sufrir durante unos días haciendo cálculos o rellenando casillas. Para no dejarse llevar por la desesperación, lo mejor es tener claro, al menos, lo básico. Como por ejemplo: los datos de la nómina.
La nómina mensual que reciben los trabajadores no solo es un comprobante del salario percibido, sino también un documento clave que puede anticipar eventuales complicaciones fiscales. En el contexto de la campaña de la Renta, cuya apertura está prevista para este 2 de abril de 2025, la atención a los detalles contenidos en la nómina cobra una relevancia especial. Uno de los aspectos que más impacto puede tener en el resultado de la declaración es la correcta aplicación de la retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). La omisión o el error en este aspecto puede derivar en pagos inesperados a Hacienda, situación que podría evitarse mediante una revisión preventiva.
Las retenciones aplicadas mensualmente al salario bruto no son simples descuentos automáticos: constituyen anticipos al impuesto anual que cada trabajador debe liquidar con la Agencia Tributaria. Por tanto, una retención mal calculada a lo largo del año puede desembocar en una regularización desfavorable al presentar la declaración.
¿Y cómo se calcula el IRPF? Como es un impuesto de carácter progresivo, esto significa que a mayor nivel de ingresos, mayor será el porcentaje impositivo aplicado. Sin embargo, el cálculo de la retención no depende exclusivamente del salario, sino también de circunstancias personales como el estado civil, la existencia de hijos o personas a cargo, y situaciones de discapacidad. Así, dos empleados con el mismo sueldo bruto pueden estar sujetos a retenciones diferentes, dependiendo de estos factores.
Esta diversidad de situaciones exige una revisión individualizada de la retención que figura en la nómina, pues el desfase entre lo que efectivamente se aplica y lo que debería aplicarse puede ser considerable. Para quienes optan por no revisar este dato durante el año, el resultado puede ser un saldo a pagar en la declaración, con el impacto económico que ello supone.
Elementos clave de la nómina que deben comprobarse
Conforme a la Orden ESS/2098/2014, todas las nóminas deben incluir una estructura básica que permita al trabajador identificar las partidas retributivas y las deducciones. Los apartados fundamentales que deben ser objeto de revisión incluyen:
- La base imponible, que corresponde al salario bruto antes de aplicar cualquier deducción.
- El porcentaje de IRPF retenido, que debe figurar explícitamente en la sección de “Deducciones”.
- Las aportaciones a la Seguridad Social, que también se descuentan del salario bruto y se destinan a contingencias como pensiones, desempleo o incapacidad.
Cómo verificar si la retención del IRPF es correcta
Para facilitar esta verificación, la Agencia Tributaria ofrece una herramienta accesible desde su sede electrónica: el simulador del IRPF, también conocido como Renta Web. Esta calculadora permite al trabajador introducir sus datos salariales y personales para obtener un porcentaje de retención ajustado a su caso.
El proceso es sencillo. Basta con ingresar los datos requeridos en el formulario y cotejar el resultado con el porcentaje de retención que aparece en la nómina. Si existe una discrepancia significativa, es conveniente actuar antes de que concluya el ejercicio fiscal.
En caso de detectar que la retención es inferior a la recomendada, el trabajador dispone de dos vías: solicitar a su empresa el aumento de la retención mediante la presentación del modelo 145, en el que se declaran las circunstancias personales y familiares que afectan el cálculo del IRPF; o ahorrar mensualmente la cantidad que eventualmente se deberá abonar en la declaración. Por el contrario, si se detecta una retención superior a la necesaria, también es posible solicitar una reducción.