
De acuerdo con normativa fiscal que fue implementada en 2024, todas las personas que recibieron prestaciones del SEPE durante el año pasado, estarán obligadas a presentar la declaración del IRPF.
Este cambio afecta especialmente a quienes estuvieron en ERTE, una medida que, aunque diseñada para proteger el empleo en tiempos de crisis, tiene implicaciones directas en el ámbito fiscal. Esta obligatoriedad que se decidió el pasado año, representa un cambio significativo respecto a años anteriores, cuando ciertos ingresos podían quedar exentos de declaración.
El ERTE, ampliamente utilizado durante la pandemia de COVID-19, permitió y permite a las empresas suspender temporalmente contratos laborales o reducir la jornada de sus empleados en situaciones de dificultad económica, técnica, organizativa o de producción.
Durante este periodo, los trabajadores afectados reciben una prestación por desempleo del SEPE, lo que les ayuda a mitigar la pérdida de ingresos. Sin embargo, estas prestaciones tienen un impacto directo en la declaración de la Renta, ya que el SEPE actúa como un segundo pagador, lo que históricamente reducía el umbral de ingresos exentos de declaración.
Ahora, con la nueva normativa, esta exención desaparece para quienes hayan estado en ERTE. ¿Qué es, entonces, lo que hay que tener en cuenta?
El impacto del ERTE en los trabajadores y sus implicaciones fiscales
Aunque el ERTE es una herramienta diseñada para proteger el empleo, también plantea desafíos para los trabajadores. De hecho, la incertidumbre económica y la reducción de ingresos son algunas de las principales preocupaciones de todos estos.
Y a ello se le añade que el impacto fiscal de haber estado en ERTE puede ser significativo. En este caso, el SEPE suele aplicar retenciones mínimas en las prestaciones por desempleo a lo largo de todo el año, lo que puede resultar en que los trabajadores deban pagar una cantidad considerable al presentar su declaración de la Renta.
Con la relativamente reciente normativa, todos los trabajadores que hayan recibido prestaciones del SEPE en 2024 están obligados a presentar la declaración, independientemente de sus ingresos anuales.
Esto, lógicamente, representa un cambio respecto a años anteriores, cuando los contribuyentes con ingresos inferiores a 22.000 euros anuales estaban exentos de declarar, salvo que tuvieran un segundo pagador que superara los 1.500 euros anuales, en cuyo caso el umbral se reducía a 15.000 euros.
Ahora, la obligatoriedad es total para quienes hayan estado en ERTE, lo que significa que incluso aquellos con ingresos bajos deberán cumplir con esta obligación fiscal.

La revisión de datos fiscales y posibles ajustes: un paso fundamental
Hay algo muy a tener en cuenta cuando se trata de hacer la declaración de la Renta habiendo estado en ERTE, y es la necesidad de revisar los datos fiscales proporcionados por Hacienda antes de presentar la declaración.
En ese sentido, es fundamental verificar que la información sobre ingresos y retenciones sea correcta, ya que cualquier error o discrepancia podría resultar en sanciones o en la necesidad de realizar ajustes posteriores.
Además, si el SEPE no ha retenido lo suficiente, es probable que el resultado de la declaración sea a pagar, lo que podría generar un impacto económico inesperado para los contribuyentes.
Para evitar sorpresas desagradables, se recomienda revisar las retenciones a lo largo del año y, si es necesario, solicitar un ajuste. También es importante contar con toda la documentación necesaria, como los certificados de retenciones emitidos por la empresa y el SEPE, así como cualquier otro documento que acredite los ingresos y retenciones del contribuyente.
Otro aspecto a considerar, por último, es si conviene realizar una declaración conjunta o individual. Esto es porque haber estado en ERTE puede influir en esta decisión, ya que los ingresos y retenciones de ambos miembros de la pareja deben ser analizados para determinar qué opción resulta más beneficiosa. En algunos casos, una declaración conjunta podría reducir la carga fiscal, mientras que en otros, una declaración individual puede ser más ventajosa.