Cuando una persona recibe una herencia, está obligada a tributar por el incremento patrimonial logrado. Por lo tanto, el valor total de los bienes, derechos y obligaciones que el fallecido deja a sus sucesores no se cobrará de forma íntegra, sino que existirá un gravamen sobre esta transmisión. Se trata del impuesto de sucesiones, una de las obligaciones fiscales que surgen tras la muerte de un ser querido y que más preocupan a los españoles.
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Plazo de pago del impuesto de sucesiones
Aunque la legislación puede variar en función de la comunidad autónoma, el plazo para pagar el impuesto de sucesiones en España esta fijado en los seis meses desde el fallecimiento de la persona de la que se va a heredar o causante. Para evitar recargos e intereses, la fecha límite para abonar lo correspondiente por este impuesto será medio año después del día siguiente de la muerte.
La razón principal por la que es tan importante tener presente estos plazos es que Hacienda comprobará que el sucesor que reciba la herencia haya realizado correctamente este pago. Si no es así, la Agencia Tributaria aplicará intereses de demora a la cuantía a pagar, un recargo que se incrementa y acumula según el tiempo transcurrido y podría hasta castigar mediante una sanción económica al contribuyente.

Solicitud de prórroga del plazo
En ocasiones, la persona heredera puede alegar que le es imposible costear el pago del impuesto de sucesiones en el plazo estipulado, por lo que necesita una extensión de este para hacer frente a sus obligaciones fiscales. Según el caso, la prórroga puede durar hasta seis meses más, por lo que en algunas ocasiones el plazo puede alargarse hasta un total de un año.
Como requisito para disfrutar de la prórroga, los herederos deben haber presentado la solicitud para alargar el plazo dentro de los primeros seis meses. esta petición, además, deberá ser aprobada por la Agencia Tributaria.
¿Qué pasa si no pago a tiempo?
Cuando el plazo finaliza sin que los herederos hayan liquidado el impuesto, se considera infracción tributaria. Frente a esta situación, Hacienda impondrá una multa al contribuyente por no haber cumplido con sus obligaciones fiscales. El importe de esta sanción puede ser de hasta un 1% por cada mes de retraso, con un máximo de 15%, más los correspondientes intereses de demora.
Cómo se calcula el impuesto de sucesiones
El impuesto de sucesiones es un tributo directo, personal y progresivo. Esto quiere decir que lo que grava el patrimonio en lugar del consumo, que el responsable de abonarlo será la persona que herede y, por último, que el tipo impositivo utilizado para calcular el importe a desembolsar aumentará según crezca la cantidad heredada. Otro de los factores más relevantes a tener en cuenta es la relación de parentesco que una al fallecido y el heredero, ya que normalmente los gravámenes son menos duros cuanto más cercanos sean en cuanto a consanguineidad.
Además, las comunidades autónomas regulan este impuesto y pueden establecer diferentes deducciones y bonificaciones. Como estos beneficios fiscales varían entre territorios, heredar en algunas autonomías puede salir más barato que en otras dentro del mismo país. Por ejemplo, Madrid o Andalucía destacan por tener sistemas más beneficiosos para los herederos, mientras que otras como Cataluña imponen una normativa fiscal más estricta y con mayor carga impositiva.