
Ser un joven profesional en Madrid, ya sea trabajador o estudiante, es una labor que en muchas ocasiones puede resultar desesperante. Desde el momento de buscar en portales web o inmobiliarias, hasta el momento donde uno se da cuenta de que, con el mercado por las nubes, no pueden permitirse un apartamento individual y se verán obligados a compartir piso, encontrar un alojamiento digno y asequible se vuelve la principal causa de estrés de cualquier persona.
Este es el caso de Romana Flores, una joven que comparte piso con dos amigos porque no puede acceder a comprar su propia vivienda. Flores participa en el programa Xplica, de LaSexta, para debatir sobre la crisis de la vivienda desde su experiencia personal. A pesar de las múltiples barreras para que los jóvenes se independicen, Romana creyó ver la luz al fin del túnel con el bono joven de alquiler que ha lanzado el Gobierno, que supuestamente está disponible para menores de 35 años y cubre hasta 250 euros al mes del alquiler.
Uno de los principales requisitos para optar al bono es que el alquiler de la vivienda no supere los 900 euros mensuales. Flores señaló que encontrar un piso en Madrid que cumpla con este límite es prácticamente imposible: “Me pongo a ver Idealista y de 3.000 viviendas que hay en Madrid, solo 72 cumplen con ese precio. Y de esas 72, tengo que filtrar cuáles son turísticas y cuáles tienen un mínimo de habitabilidad”, explicó durante su intervención.

El impacto económico del alquiler en los jóvenes
La situación económica de Romana Flores refleja una realidad compartida por muchos jóvenes en España. Según detalló laSexta, Flores percibe un salario mensual de 765 euros, de los cuales destina 425 euros al alquiler de su habitación, lo que equivale al 55% de sus ingresos. Este porcentaje no incluye otros gastos básicos como alimentación, transporte o servicios. “¡Yo hago magia con el dinero!”, expresó con ironía al describir cómo logra cubrir sus necesidades con el ingreso restante.
La joven también criticó la falta de actualización en las políticas de ayuda, argumentando que las limitaciones impuestas por el bono no reflejan la realidad del mercado inmobiliario actual. “No te dan apoyo porque tienen una limitación y porque no están actualizados”, afirmó, subrayando la desconexión entre las medidas gubernamentales y las necesidades reales de los ciudadanos.
Según datos de Eurostat, la edad media de emancipación en España alcanza los 30,4 años, lo que la posiciona como la cuarta más alta de la Unión Europea, solo por detrás de Grecia, Croacia y Eslovaquia. Esta cifra se encuentra considerablemente por encima de la media europea, situada en los 26,3 años. El retraso en la emancipación en España se atribuye a diversos factores, como la precariedad laboral, el elevado costo de la vivienda y las dificultades económicas que enfrentan los jóvenes, lo que limita su capacidad para independizarse.
Para frenar esta tendencia, el Gobierno ha puesto en marcha una serie de ayudas para los jóvenes como la del bono al alquiler o las ayudas en la compra de vivienda para menores de 35 años, un aval que cubre el 20% que normalmente no cubren los bancos, que dan hasta el 80% de financiación. De esta forma, aquella persona que solicite la ayuda contará con un aval público que le permitirá acceder a un préstamo equivalente al 100% del valor de la vivienda.