
El arroz es un elemento básico en los hogares españoles, pues forma parte de nuestra tradición gastronómica. Este alimento tiene una gran importancia a nivel económico, pues permite una gran generación de empleo, contribuye bastante al Producto Interior Bruto (PIB) y tiene una alta demanda internacional, por lo que se exporta a otros países de la Unión Europea.
La mayor parte de la producción de arroz en España se concentra en unas pocas regiones, ya que son las que cuentan con las condiciones adecuadas para su cultivo (tierras húmedas y una gran disponibilidad de agua): el delta del Ebro, en Cataluña; las marismas del Guadalquivir, en Andalucía; la Comunidad Valenciana, y Murcia. También existen cultivos de arroz en otras áreas de España como Castilla-La Mancha o Castilla y León, aunque en mucha menor medida y en pequeños campos de regadío.
Pese a que en nuestro país contamos con producción de este producto y es algo ampliamente valorado por los consumidores por su calidad y por el apoyo que supone a los agricultores españoles, muchas marcas optan por utilizar otros orígenes, por ejemplo, porque es más barato para la empresa.
“Es la manera que tienen de engañar al consumidor”
El agricultor valenciano Nando Durá Velis ha explicado a través de un vídeo publicado en sus redes sociales (@nandodura en TikTok) cuál es el aspecto en el que los consumidores deben fijarse a la hora de elegir una u otra marca: “Vamos a buscar en los paquetes de arroz del supermercado el origen y no dónde está envasado, que es la manera que tienen de engañar al consumidor. Así sabremos realmente quién apoya nuestra agricultura”.
Para poner a prueba esta observación, el agricultor selecciona tres marcas concretas: Fallera, que Nando cataloga como “el arroz preferido por los valencianos”; La Villa, y Hacendado. De la primera de ellas analiza dos productos distintos: “Pone ‘envasado en Silla’, pero no el origen del arroz”, explica con respecto al que predomina en los supermercados; sin embargo, en otra variedad sí que se observa la pegatina de Denominación de Origen València: “Este sí que es verdad, pero, al final, el que predomina en los supermercados es el otro”.
Lo mismo ocurre con los dos paquetes de la marca La Villa: mientras que uno sí que está indicado como Denominación de Origen València, el otro, de marca blanca, solo muestra que está envasado en Almàssera, “pero no pone de dónde es el arroz que va aquí dentro. Ese es el problema que tenemos”.
La misma situación la encontramos con el arroz de la marca Hacendado. El primero de los productos que enseña el agricultor está envasado también en Almàssera, pero “aquí todo es darle vueltas y tampoco pone el origen”. Por el contrario, el de la variedad J. Sendra sí contiene la etiqueta de origen español, que quiere decir “que está producido en Valencia, Cataluña, Extremadura o Sevilla”.
De esta manera, se incide en que esta omisión de la información tan básica del producto perjudica al consumidor, que no puede conocer realmente el origen de lo que consume. Además, se emplean estrategias en el etiquetado para hacer pasar el producto por español, pero en muchos casos provienen de otros países donde los costes de producción son más baratos, perjudicando a la agricultura autóctona. Esto no solo ocurre con los alimentos: otros muchos bienes que encontramos en los diversos comercios también finalizan el proceso en España, lo que les permite situar nuestro país en la etiqueta pese a que el resto de pasos se hayan realizado fuera de nuestras fronteras.