
Se ha convertido en una costumbre descubrir ciertas prácticas inapropiadas y, a veces, corruptas de nuestros políticos, en quienes los ciudadanos depositan su confianza mediante el voto. Quizás, es por eso que, en diferentes estudios y barómetros, se suele detectar una desafección hacia la clase política por parte del resto de la sociedad. Los políticos que, por ejemplo, deciden aprovecharse del dinero público o que ponen a dedo a familiares y amigos al frente de empresas públicas viven en otro mundo al pensar que no van a ser descubiertos, cuando, en realidad, la verdad siempre acaba saliendo a la luz.
Utilizó el coche oficial para un asunto personal
Una muestra de lo anterior ha sido protagonizada por Jo Haylen, ministra de Transporte de Nueva Gales del Sur -estado al sureste de Australia-. Los medios locales informaron de que la política había recorrido más de 440 kilómetros con su coche oficial, durante el horario laboral, para acudir a un almuerzo privado.
“Tomé una mala decisión”, ha reconocido la ministra de Transportes. En la misma declaración, la mujer ha asegurado que, tras analizarlo con perspectiva, “debería haber cogido un Uber”. Además, indicó que, entre las medidas que prevé adoptar, reembolsará el coste del trayecto de 13 horas, el cual alcanza unos 750 euros.

Aunque la normativa de Nueva Gales del Sur permite el uso de estos automóviles para fines privados, el hecho de incluir el trayecto en la agenda oficial ha sido el principal detonante de las críticas dirigidas a Haylen. En este sentido, la oposición política ha exigido la dimisión de la principal involucrada y de Rose Jackson, otra política y también ocupante del vehículo oficial, o que Chris Minns, primer ministro del estado, las releve de sus funciones.
En un último intento de suplicar por el perdón de los ciudadanos, Haylen asume su “responsabilidad y creo que la gente entiende que a veces se cometen errores. Yo he cometido uno, por eso me disculpo y devuelvo el dinero. Nadie es perfecto”.
Ha presentado su dimisión
A raíz de la información previa, se ha sabido en las últimas semanas que el uso del coche oficial de Jo Haylen para acudir a una comida privada no ha sido un hecho aislado, sino todo lo contrario. El vehículo ministerial, financiado con los impuestos de los contribuyentes, fue empleado para transportar a su familia con el objetivo de acudir a unos eventos deportivos en otra ciudad del país; para trasladarse con su familia a las Montañas Azules y almorzar; y, por último, Haylen y su marido viajaron hasta el Valle Hunter en un automóvil del ministerio en 2024.
A pesar de que, en un principio, Haylen se negó a presentar su renuncia al cargo público que ostentaba, las informaciones que han sido publicadas y los comentarios negativos encajados han forzado la dimisión de la que, hasta hace unas semanas, era la Ministra de Transportes. “Mis errores están perjudicando ahora a mi gobierno. La política es dura. Las expectativas son muy altas. Lo sé”, manifestó Haylen en la intervención donde anunció su marcha de la política.