REUTERS/Charles PlatiauLa Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha emitido una advertencia contundente sobre el estado de la deuda soberana en las principales economías del mundo. Según el último informe del organismo, el volumen de deuda en relación con el Producto Interno Bruto (PIB) de los países miembros alcanzó el 85% en 2024, lo que equivale a 55 billones de dólares.
Este nivel representa un aumento significativo en comparación con los niveles previos a la pandemia y casi el doble del registrado en 2007. Y además, la situación se agrava por el incremento de los costes de financiación, que ya están ejerciendo presión sobre las finanzas públicas.
Aunque se ha hablado en muchas ocasiones de la deuda en algunas economías como la de Grecia o Argentina, la OCDE habla de una situación preocupante en otros lugares como Estados Unidos, Inglaterra, Francia e incluso España. De hecho, en estos países, la deuda que vence en 2027 representa más del 15% de su PIB actual.
Además, las refinanciaciones necesarias para cubrir estos vencimientos incrementarán los pagos de intereses en aproximadamente 0,4 puntos porcentuales del PIB en ese mismo horizonte temporal.
El informe de la OCDE subraya que el contexto económico global no favorece la reducción de la deuda. Tras superar los desafíos de la pandemia y la crisis inflacionaria, las economías avanzadas ahora enfrentan un crecimiento económico débil y una creciente necesidad de inversión en sectores clave.
Sin embargo, estas demandas chocan con el peso de unas deudas soberanas que no solo son más altas, sino también más costosas de mantener.
Los bancos centrales han adoptado políticas monetarias restrictivas, lo que ha elevado las tasas de interés y, en consecuencia, los costes de financiación para los gobiernos. A esto se suman las incertidumbres geopolíticas y macroeconómicas, que han generado volatilidad en los mercados financieros. Según el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, “el aumento de los costes de financiación ya está lastrando las finanzas públicas”.
El informe de la OCDE también pone de manifiesto que el problema de la deuda no es exclusivo de unos pocos países, sino que afecta a la mayoría de las economías avanzadas. Antes de la crisis sanitaria, el ratio de deuda sobre PIB ya era elevado, pero la pandemia exacerbó esta tendencia debido a los paquetes de estímulo fiscal y las medidas de apoyo económico implementadas por los gobiernos.
En 2007, el ratio promedio de deuda sobre PIB en los países de la OCDE era de aproximadamente el 45%. En 2024, esta cifra alcanzó el 85%, lo que refleja un aumento significativo en menos de dos décadas. Este crecimiento plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo y la capacidad de los gobiernos para responder a futuras crisis económicas o sociales.
FOTO DE ARCHIVO. REUTERS/Jana RodenbuschEn el caso de España, aunque el ratio de deuda ha disminuido ligeramente desde los picos alcanzados durante la pandemia, sigue siendo elevado, situándose por encima del 100% del PIB. Este nivel coloca al país en una posición de riesgo frente a los vencimientos de deuda previstos para los próximos años.
De hecho, según el informe, casi la mitad de la deuda soberana de los países miembros de la OCDE vencerá para 2027, lo que obligará a los gobiernos a buscar refinanciaciones en un entorno de tasas de interés más altas.
El impacto de estos vencimientos no será uniforme entre los países. Mientras que en economías como España, Francia, Reino Unido y Estados Unidos se espera un aumento de 0,4 puntos porcentuales en los pagos de intereses como proporción del PIB, en otras naciones del bloque el incremento promedio será inferior a 0,2 puntos.
En este contexto, la capacidad de los países para gestionar sus finanzas públicas de manera efectiva será crucial para evitar una crisis de deuda que podría tener repercusiones significativas en la economía global. Según la OCDE, el tiempo para actuar es ahora, antes de que los costes de la inacción se vuelvan insostenibles.