
En julio de 2021, el Banco Central Europeo (BCE) anunció su intención de crear una moneda digital propia para la Unión Europea (UE), un proyecto que para algunos amenaza con acabar con el efectivo y que Philip Lane, economista jefe del organismo que dirige la política monetaria de la zona euro, considera ahora una necesidad frente al escenario económico internacional.
Esta forma digital de efectivo promete reforzar la autonomía del sistema monetario europeo y protegerlo del poder de las monedas digitales emitidas por bancos centrales extranjeros o CBDC, por sus siglas en inglés. Con esta medida, el BCE busca mantener la estabilidad del sistema financiero y garantizar la soberanía monetaria, así como preservar la eficacia de la política monetaria para controlar la inflación.
Qué es el euro digital
El Banco Central Europeo (BCE) define el euro digital como un equivalente electrónico al efectivo destinado a complementar a los billetes y las monedas. Esta forma de pago estará disponible para realizar operaciones en tiendas, por Internet o entre particulares de manera simple y segura. Al tratarse de dinero público emitido por el banco central, su uso será gratuito para todos los ciudadanos de la zona euro.
Aunque el concepto puede recordar a las criptomonedas, el BCE recalca que no se trata de un criptoactivo y que el respaldo de un banco central garantiza la seguridad y el valor de la moneda, que no variará. Además, una vez llegue a implementarse el importe en cartera de euros digitales será siempre convertible a efectivo.
Para hacer pagos con euros digitales, primero se crearía un monedero a través de un banco u otra autoridad designada, en el que se podrá depositar dinero desde una cuenta bancaria o con efectivo. Con el dinero disponible en ese monedero, el usuario podrá hacer y recibir transacciones igual que con billetes o monedas.
Estabilidad y soberanía del sistema europeo
Aunque el proyecto para la creación del euro digital lleva años en desarrollo, el reciente discurso de Lane este 20 de marzo en la Universidad de Cork ha puesto de manifiesto el nivel de prioridad al que ha avanzado este plan en la agenda del BCE. El economista señala que la creciente digitalización ha implicado una caída en el uso del efectivo, que a su vez dificulta la capacidad del BCE de anclar la confianza en la moneda. Esto reduce la eficacia de la política monetaria, que utiliza la demanda de dinero al BCE por parte de la ciudadanía como canal de transmisión.

Además, la privatización del sistema de pagos, que implica que cualquier operación digital se realiza a través de un banco comercial o proveedor privado, puede suponer un riesgo de comisiones excesivas o prácticas que dañen la competitividad. La opción de pago digital con dinero público busca sumar seguridad a un sistema de pagos cuya protección solo está garantizada actualmente a través de entidades privadas y prevenir la fragmentación por países.
La popularización de activos como las stablecoins (monedas digitales privadas respaldadas por activos tradicionales, a menudo en dólares), criptomonedas o CBDC hacen también peligrar la estabilidad del sistema financiero y provocar una pérdida de la soberanía monetaria en Europa, que se muestra vulnerable ante ecosistemas cerrados controlados por empresas tecnológicas no europeas.
Cuándo estará disponible el euro digital
Tras año de trabajo para la creación de una divisa digital con la que garantizar la estabilidad del sistema monetario y evitar la dependencia en el dinero privado no regulado, el BCE se encuentra en una fase de preparación que finalizará en octubre de 2025, aunque el regulador no se ha comprometido a que los europeos vayan a tener acceso a sus nuevos monederos digitales para entonces.