Beber en nombre de la ciencia: se buscan 6.000 voluntarios españoles para demostrar que el alcohol, con moderación, no es tan malo

El proyecto UNATI, cuyo investigador jefe es el catedrático Miguel Ángel Martínez-González, durará cuatro años y necesitará 10.000 voluntarios que beban, al menos, tres veces a la semana

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El proyecto, denominado UNATI (University
El proyecto, denominado UNATI (University of Navarra Alumi Trialist Initiative), durará cuatro años y necesitará 10.000 voluntarios (Flickr)

Por fin la ciencia se dedica a investigar cosas importantes. “Queremos hacer historia, pero necesitamos ayuda. Buscamos a 10.000 voluntarios entre 50 y 70 años que tomen algo de alcohol”. Lo bueno es que les deben sobrar voluntarios; y a ellos, ganas e ilusión. Lo mismo le pasa a la investigadora Patricia Romero-Marco, una de los 500 médicos y profesionales que formarán parte del mayor proyecto de investigación destinado a determinar si el consumo moderado de alcohol - como se hace en el Mediterráneo - es igual de seguro que la abstención en cuanto a la mortalidad y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cáncer, depresión, o demencia, entre otras que se asocian al consumo - elevado - de alcohol.

“Es un estudio sin precedentes que marcará las nuevas recomendaciones para la población sobre el consumo de alcohol”, describe Romero-Marco, coautora de otro estudio pionero en el que puso a 40 monjas clarisas de Soria a comer 150 gramos de torreznos dos veces a la semana durante 98 días. Esta investigación reveló, sorprendentemente, que fritos en aceite de oliva virgen extra y consumidos con alimentos ricos en fibras e incorporados a una dieta saludable, no solo no son malos para la salud, sino que mejoran los factores de riesgo y el síndrome metabólico en mujeres sanas con sobrepeso.

El estudio busca descubrir los efectos a largo plazo del consumo moderado de alcohol

Este nuevo proyecto, denominado UNATI (University of Navarra Alumni Trialist Initiative), se llevará a cabo durante cuatro años y requerirá la participación de 10.000 bebedores ligeros o moderados desde antes de junio de 2025. Está financiado por el Consejo Europeo de Investigación a través de su Advanced Grant, destinado a estudios “altamente creativos e innovadores”: su presupuesto es de 2,4 millones de euros, y dispone ya de 4.000 voluntarios. Seguramente encontrarán al resto muy pronto.

Al ser una investigación pública, podrá evitarse el posible conflicto de interés con los productores de bebidas alcohólicas, lo que es indispensable para garantizar la credibilidad de los resultados. Los voluntarios recibirán cuidados y revisiones médicas con continuidad, además de consejos (que, como tal, no estarán en la obligación de seguir).

El estudio se llevará a cabo desde Navarra: su investigador principal es Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, profesor adjunto de Nutrición de la Universidad de Harvard, director del grupo CIBEROBN del Instituto de Salud Carlos III de Madrid y Premio Nacional de Investigación Gregorio Marañón en Medicina, además de, según quienes lo conocen, el sabio de la dieta mediterránea, “un máquina que trabaja muchísimo, un prodigio”, informan desde El Mundo. Según asegura el investigador, “el diseño de este ensayo ha suscitado gran interés porque, además de contestar a preguntas muy prácticas, aplicará nuevas tecnologías y permitirá así que la carga de trabajo para los médicos investigadores se minimice y no les interfiera en la atención clínica”.

Miguel Ángel Martínez-González, el investigador
Miguel Ángel Martínez-González, el investigador jefe del estudio (Manuel Castells)

Todavía no hay un consenso

Los investigadores no han alcanzado aún un consenso que les haga poner la mano en el fuego sobre los efectos del consumo ligero de alcohol a largo plazo en la salud. Queda aún más lejos con este sujeto de estudio, las personas mayores de 50 años: hasta el momento, los estudios no han alcanzado más conclusión que resultados contradictorios, aunque, según estudios previos como Predimed y Predimed-Plus ya han demostrado que esa copa de vino en la comida tiene potenciales beneficios si el consumo es de ligero a moderado. Esto se mide a través del ácido tartárico, un biomarcador objetivo que se asoció con “una menor tasa de enfermedad cardiovascular en una población mediterránea con alto riesgo cardiovascular”.

Para apuntarse, los voluntarios - que pueden ser hombres de 50 a 70 años y mujeres de 55 a 75 años - deberán acceder a inscripcion.proyectounati.com y, simplemente, introducir sus datos. Eso sí, los abstemios no pueden participar: deben consumir al menos tres bebidas a la semana, sea cerveza, vino, o licores (o los tres).

Romero-Marco asegura, además, que “los voluntarios recibirán muchos beneficios”. Aquellos que se inscriban y firmen el “consentimiento informado” recibirán el apoyo gratuito de profesionales sanitarios altamente cualificados durante cuatro años. Además de seguir bebiendo regularmente - y con moderación - y de inscribirse y firmar, los voluntarios deberán rellenar dos encuestas de aproximadamente 40 minutos, una al principio del estudio y la otra al final. Servirán a los especialistas para abordar la dieta, el control de peso, el bienestar emocional y otra serie de aspectos de la salud de los voluntarios, que contarán, según sus respuestas, con distintos coaches, desde nutricionistas a psicólogos, dependiendo de sus necesidades.

En cuanto el seguimiento, se llevará a cabo cada tres meses a través de reuniones online en pequeños grupos de Zoom a las que los voluntarios podrán acceder con o sin cámara e “intercambiar recetas, hablar con los demás, y ver como van implementando sus mejorías”. También se llevarán a cabo consultas presenciales, que serán en Soria. Allí desarrollarán UNATI-Sueño, que aprovechará a la población de la región para ofrecer la presencialidad de una muestra representativa de pacientes con la que podrán esclarecer los efectos del consumo moderado de alcohol en la calidad y la cantidad del sueño.

“En este estudio se van a resolver muchos grandes mitos y muchas grandes dudas. Cosas que aún se tratan como chascarrillos pero que no lo son, porque yo como nutricionista he tenido que decidir muchas veces en mi consulta cuál es la recomendación de alcohol que vas a dirigir al paciente”, explica Romero-Marco, quien confía en que este estudio acabará por confirmar, de una vez por todas, si un vaso de vino al día es beneficioso.