
El tomate es uno de los alimentos más consumidos en el mundo y su versatilidad en la cocina lo hace indispensable en muchas dietas. Sin embargo, más allá de su sabor y textura, esta fruta ofrece numerosos beneficios para la salud. Diversos estudios han demostrado que su consumo regular puede contribuir a la protección del corazón, mejorar la salud de la piel y hasta aliviar algunos síntomas de la menopausia. Unos beneficios que han sido respaldados por investigaciones y expertos en nutrición.
Los beneficios para la salud de los tomates
Salud cardiovascular y regulación de la presión arterial
Los tomates son ricos en potasio y licopeno, dos compuestos clave para la salud del corazón. La nutricionista colegiada Nicola Shubrook explicó en un artículo para BBC Good Food que una porción de 80 g de este producto aporta aproximadamente el 5 % de las necesidades diarias de potasio de un adulto. Este mineral está asociado con un menor riesgo de accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas.
Además, el European Journal of Preventative Cardiology publicó un estudio que indica que el consumo de tomate, incluidos los productos a base de tomate, ayuda a prevenir y controlar la hipertensión. Según los autores del análisis, un mayor consumo de este alimento reduce el riesgo de hipertensión en un 36 % y disminuye la presión arterial en casos de hipertensión de grado 1.
Protección de la salud ocular
Estos alimentos contienen carotenoides como el licopeno, la luteína y el betacaroteno, compuestos esenciales para la salud ocular. Nicola Shubrook explicó que estos fitoquímicos ayudan a prevenir la degeneración macular relacionada con la edad y otras enfermedades visuales. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., la combinación de vitamina A y antioxidantes presentes en los tomates protege los ojos del daño causado por la luz y ayuda a reducir el desgaste ocular con el paso del tiempo.
Cuidado de la piel y protección contra el daño solar
También destacan por sus beneficios en la piel gracias a su su alto contenido en antioxidantes y carotenoides. Un estudio de 2006 citado por Nicola Shubrook en BBC Good Food reveló que el consumo de licopeno o productos a base de tomate durante 10 a 12 semanas disminuyó la sensibilidad de la piel a los rayos UV.
Shubrook recomienda consumir tomates con una fuente de grasa saludable, como el aceite de oliva, para maximizar la absorción de estos antioxidantes. No obstante, hace hincapié en que su ingesta no sustituye la protección solar convencional.
Cicatrización de heridas y coagulación sanguínea

Los tomates contienen vitamina K, un nutriente esencial para la coagulación sanguínea y la cicatrización de heridas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vitamina K también desempeña un papel importante en la salud ósea y cardiovascular.
El National Health Service (NHS) del Reino Unido recomienda un consumo de 1 mcg de vitamina K por kg de peso corporal al día, algo que se puede lograr fácilmente con una dieta equilibrada que incluya tomates y otras verduras de hoja verde.
Alivio de los síntomas de la menopausia
Un estudio publicado en 2015 en la revista Nutrition Journal sugiere que el consumo de zumo de esta fruta puede ayudar a aliviar algunos síntomas de la menopausia, como la ansiedad, el gasto energético en reposo y la frecuencia cardíaca.
Aunque se trata de un estudio de menor escala, Nicola Shubrook destaca que los resultados son alentadores y justifican una mayor investigación sobre los efectos del tomate en la salud hormonal de las mujeres.