Ser madre perjudica la vida laboral de las mujeres, sobre todo en América Latina: el 38% abandona su empleo tras tener el primer hijo

Países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y México presentan una penalización laboral tras la maternidad que ronda entre el 35% y el 50%, según un estudio de ‘The Review of Economic Studies’

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Tener hijos penaliza a la
Tener hijos penaliza a la vida laboral de las mujeres, según un estudio realizado en 134 países. (MONTAJE INFOBAE)

Tener hijos penaliza a la vida laboral de las mujeres. Es algo que hemos visto a lo largo de los años. Como han sido ellas las que tradicionalmente han abandonado sus puestos de trabajo para dedicarse a los cuidados del hogar, de la infancia, de los mayores... y también de sus maridos para que tuvieran el plato en la mesa caliente al llegar a casa después del trabajo. Aunque suene ya antiguo y creamos que este tipo de estampas las hemos dejado ya atrás, seguro que en alguna familia que tengas a tu alrededor ves que es así. Y si no, ya lo demuestra la ciencia.

Un estudio reciente publicado en The Review of Economic Studies ha analizado el impacto de la maternidad en las carreras de las mujeres a nivel global, concluyendo que tener hijos representa una penalización significativa en sus oportunidades de empleo. La investigación, realizada por economistas de la Universidad de Princeton y la London School of Economics, abarca datos de 134 países y confirma que la brecha laboral de género se amplía tras la llegada del primer hijo, con variaciones sustanciales según el nivel de desarrollo económico y la estructura del mercado laboral de cada país y cada continente.

Trayectorias similares hasta el nacimiento del primer hijo

El estudio, titulado The Child Penalty Atlas, demuestra que en la mayoría de los países analizados, hombres y mujeres presentan trayectorias laborales similares hasta el momento de la maternidad, punto en el que las mujeres sufren una pérdida abrupta y persistente en sus niveles de empleo. Según los datos recogidos, la penalización es particularmente alta en América Latina, donde en promedio el 38% de las mujeres abandona el mercado laboral tras el nacimiento del primer hijo. Esta penalización se mantiene a lo largo del tiempo y afecta de manera homogénea a la mayoría de los países de la región, con la excepción de algunos países del Caribe, como Cuba y Haití, donde el impacto es menor.

Gráficos de cuánto penaliza a
Gráficos de cuánto penaliza a las mujeres ser madre en Europa y en América Latina.

Dentro de América Latina, los datos muestran que países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y México presentan una penalización laboral tras la maternidad que ronda entre el 35% y el 50%. Además, el documento destaca que en la región la brecha de género se mantiene estable después del primer hijo, sin una recuperación significativa del empleo femenino en los años posteriores.

Qué ocurre en África, Asia y Europa

Esto contrasta con otros continentes, donde algunas mujeres logran reincorporarse progresivamente al mercado laboral con el paso del tiempo. Por ejemplo, en África la penalización es menor, con una media del 9%, aunque con una gran disparidad entre países de distintas subregiones.

En Asia, los resultados muestran diferencias extremas: mientras que en países del sudeste asiático como Vietnam, Laos y Camboya el impacto de la maternidad en el empleo femenino es casi nulo, en Japón, Corea del Sur y el Medio Oriente la brecha es una de las más elevadas del mundo, con reducciones del 62% en Bangladesh y del 64% en Jordania.

Las madres solteras sufren más riesgo de pobreza: “No podemos vivir con una jornada reducida, necesitamos recursos”.

En Europa, la situación varía según la zona geográfica. En los países nórdicos, la penalización es relativamente baja (en Dinamarca, por ejemplo, es del 14%), mientras que en Europa central y del sur alcanza niveles mucho más altos, con una media del 50% en países como la República Checa.

Un fenómeno ligado al desarrollo económico

La investigación también establece una correlación entre el desarrollo económico de los países y la magnitud de la penalización laboral derivada de la maternidad. En economías menos desarrolladas, donde el empleo femenino está más ligado a la agricultura y el trabajo informal, la brecha de género antes de la maternidad es mayor, pero la penalización posterior a la llegada del primer hijo es menor. En cambio, en países con mercados laborales industrializados y urbanos, la penalización se convierte en un factor determinante de la desigualdad de género.

Este fenómeno se debe a que, en países en vías de desarrollo, muchas mujeres trabajan en entornos laborales flexibles, como la agricultura de subsistencia, donde pueden continuar con sus actividades tras la maternidad. En cambio, en economías avanzadas, la transición hacia trabajos asalariados en la industria y los servicios limita la flexibilidad laboral, lo que incrementa el impacto negativo de la maternidad en el empleo femenino.

Penalización por matrimonio y familia

Otro hallazgo relevante del estudio es que la penalización por matrimonio también contribuye a la brecha laboral de género. En sociedades con estructuras tradicionales, donde el matrimonio suele preceder a la maternidad, se observa que las mujeres casadas ya experimentan una disminución en su participación laboral incluso antes de tener hijos. A medida que las economías se desarrollan, esta penalización por matrimonio tiende a desaparecer, pero la penalización por maternidad aumenta.

Una mujer embarazada observa una
Una mujer embarazada observa una ecografía (AdobeStock)

El estudio concluye que, en países con altos niveles de desarrollo económico, eliminar la desigualdad de género en el empleo requiere abordar específicamente la penalización por maternidad, ya que se ha convertido en el principal obstáculo para la equidad laboral entre hombres y mujeres.

Posibles soluciones: más licencias, centros de educación infantil asequibles...

Los autores del estudio destacan que estos resultados deben ser considerados en el diseño de políticas públicas que fomenten la equidad de género en el mercado laboral. Medidas como el acceso a centros de educación infantil asequibles, licencias parentales equitativas para hombres y mujeres y la promoción de modelos de trabajo flexible pueden ayudar a mitigar la penalización de la maternidad y fomentar una mayor participación femenina en el mercado laboral.