
Cuando una persona fallece, no solo deja bienes y derechos como parte de su herencia, sino también las obligaciones económicas, que no se extinguen con su muerte. Así lo ha recordado el Banco de España en una de sus últimas publicaciones, en las que ha advertido que los herederos están obligados a asumir las deudas de préstamos personales del fallecido, salvo en dos excepciones específicas. Y es que, lo que a priori parece un beneficio, puede llegar a convertirse en una gran carga para quienes aceptan una herencia, como si de un regalo envenenado se tratara.
De acuerdo con el artículo 659 del Código Civil español, la herencia incluye tanto los activos como los pasivos del fallecido. Esto significa que, al aceptar una herencia, los herederos no solo adquieren los bienes y derechos, sino también las deudas que el causante haya dejado pendientes. El Banco de España detalla que, en el caso de los préstamos personales, estas deudas pasan automáticamente a formar parte del patrimonio hereditario. Por lo tanto, los herederos deben tomar una decisión crucial: aceptar o rechazar la herencia, conscientes de que al aceptarla también asumen las obligaciones económicas asociadas.
Y aceptar una herencia sin analizar previamente su composición puede tener consecuencias económicas significativas. Aunque muchas personas asocian las herencias con un aumento de patrimonio, en realidad, estas pueden incluir deudas que superen el valor de los bienes heredados. Por ello, el Banco de España recomienda a los herederos evaluar cuidadosamente la situación financiera del fallecido antes de tomar una decisión.
Dos excepciones para evitar el pago de deudas heredadas
Como señalan los expertos del supervisor bancario español, existen dos escenarios en los que los herederos pueden quedar exentos de pagar las deudas del fallecido. El primero de ellos es rechazar la herencia o aceptarla a beneficio de inventario. Este mecanismo permite que las deudas sean cubiertas exclusivamente con los bienes y derechos incluidos en la herencia, sin que los herederos tengan que responder con su propio patrimonio. En otras palabras, el heredero solo se hace cargo de los activos netos, asegurándose de no asumir más de lo que recibe.
Este procedimiento supone a los herederos conocer el estado exacto de los activos y pasivos del fallecido antes de comprometerse a asumir la herencia. Sin embargo, es fundamental que los interesados se informen sobre los plazos y requisitos legales para acogerse a esta opción, ya que no es un proceso automático.
La segunda excepción se aplica cuando el fallecido había contratado un seguro de vida vinculado al préstamo personal. En este caso, el seguro se encarga de saldar la deuda pendiente, liberando a los herederos de cualquier responsabilidad económica relacionada con ese crédito. Este tipo de seguro actúa como una garantía para que las obligaciones financieras no recaigan en los familiares del fallecido.
Los seguros de vida asociados a préstamos personales no solo protegen al titular del crédito, sino también a sus herederos. En caso de fallecimiento, el seguro cubre la deuda pendiente, evitando que esta se convierta en una carga para los familiares. Este tipo de seguros son especialmente relevantes en situaciones donde el titular del préstamo es el principal sostén económico de la familia. Al contratar un seguro de vida vinculado a un crédito, se garantiza que los herederos no tendrán que enfrentarse a dificultades económicas adicionales tras el fallecimiento del titular.