
La gestión de una herencia puede convertirse en un proceso complicado, marcado por conflictos familiares, trámites legales y dificultades económicas. Aunque en teoría la sucesión de bienes debería ser un procedimiento estructurado, en la práctica pueden surgir numerosos problemas que retrasan su resolución y generan disputas entre los herederos. La falta de testamento es uno de los principales obstáculos, ya que en estos casos la distribución de los bienes se rige por la normativa legal, lo que puede derivar en desacuerdos y litigios prolongados.
Otro de los conflictos más comunes ocurre cuando los herederos no logran ponerse de acuerdo sobre el reparto de propiedades indivisibles, como viviendas o terrenos, lo que dificulta su adjudicación o venta. Además, si el fallecido dejó deudas, los herederos pueden verse obligados a asumirlas, afectando el valor real de la herencia, lo que en muchas ocasiones provoca aún más conflictos, sin mencionar el reto que presentan los impuestos de sucesiones.
De este modo, para evitar complicaciones, es fundamental realizar una planificación patrimonial adecuada y redactar un testamento claro. Así, Pablo Ródenas, un abogado penalista, ha explicado en uno de sus videos de su perfil de TikTok, @rodenas_abogados, donde acumula más de 43,5 mil seguidores, cómo actuar si uno de los beneficiarios no se pronuncia sobre la aceptación de una herencia.
“La herencia no es un buffet libre”

Ante la preocupación de no saber cómo acabará el procedimiento de la adjudicación de una herencia por la ausencia de un familiar, Pablo Rodenas, ha publicado un video donde explica el método a seguir que ha alcanzado 460 mil visualizaciones. No obstante, el abogado penalista asegura que "si un heredero se niega a firmar la herencia, hay formas de hacer que mueva ficha". Para Rodenas, “un heredero que no firma la herencia” es algo bastante usual, sobre todo en aquellas circunstancias en la que “un familiar que, por rencores de hace 30 años o por puro drama o simplemente porque disfruta fastidiando, se niega a aceptar o rechazar la herencia”. No obstante, asegura que “se puede hacer que espabile”.
En primer lugar, ha afirmado que “la herencia no es un buffet libre”, por lo que “no puedes elegir lo que te gusta y dejar lo que no”. Pero, en caso de que un legatario se ponga “en modo diva” y decida no firmar la división, “se puede desbloquear la situación con un ‘truquito’ legal llamado interpelación notarial”. Esto es, “vas al notario, le pides que le mande un aviso oficial al heredero desaparecido y tiene 30 días para decidirse”, explica.
De esta manera, el familiar tiene que elegir si “acepta o renuncia o se come las deudas”. Además, ha desvelado que “si la herencia viene con sorpresa y si sigue sin firmar, bingo, la herencia se le adjudica automáticamente”. De tal forma, “si hay más deudas que bienes, pues enhorabuena, ya sabemos quién va a pagar la fiesta”, anuncia. Igualmente, en la hipotética situación de que se complique un juicio, “el notario puede nombrar un contador partidor que arregle todo sin dramas”, asegura Pablo.