Por qué a veces me dan mareos cuando me levanto y cómo evitarlo

Esta condición se conoce como hipotensión postural y se produce por un desajuste del sistema circulatorio al cambiar de postura

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Mujer mayor con mareos. (Shutterstock
Mujer mayor con mareos. (Shutterstock España)

A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión que, al levantarnos de la cama o del sofá, nos dan algunos mareos. Este fenómeno es relativamente común y se conoce como hipotensión ortostática o hipotensión postural. Esta condición se caracteriza por una caída repentina de la presión arterial tras haber estado un tiempo sentados o acostados.

Esto se debe a que el sistema circulatorio no se ha ajustado lo suficientemente rápido al cambio de postura, provocando una reducción en el flujo sanguíneo hacia el cerebro y demás órganos vitales. Esto no debería ocurrir en situaciones normales, ya que el cuerpo debería ser capaz de responder inmediatamente aumentando la frecuencia cardiaca.

En las personas con hipotensión ortostática, este mecanismo de compensación no funciona correctamente y puede provocar síntomas como mareos, desmayos y visión borrosa. Aparte de estos signos, la hipotensión postural puede causar fatiga y debilidad, confusión o dificultad para concentrarse y náuseas, según la Clínica Mayo.

Los síntomas suelen aparecer en cuestión de segundos o minutos después de ponerse de pie y pueden desaparecer rápidamente si la persona vuelve a sentarse o recostarse. Sin embargo, en algunos casos, pueden persistir por más tiempo o manifestarse con mayor gravedad.

Por qué ocurren estos mareos

La hipotensión ortostática puede tener múltiples causas, desde factores relacionados con el estilo de vida hasta enfermedades crónicas que afectan el sistema circulatorio. De acuerdo con la Clínica Mayo, algunas de las causas más comunes son las siguientes:

  1. Deshidratación: cuando el cuerpo no tiene suficientes líquidos, el volumen sanguíneo disminuye, lo que puede dificultar el mantenimiento de una presión arterial estable. La deshidratación puede ocurrir debido a vómitos, diarrea, sudoración excesiva o una ingesta insuficiente de líquidos.
  2. Pérdida de sangre: la pérdida significativa de sangre, ya sea por una lesión o una afección médica, puede reducir el volumen circulante, provocando una caída en la presión arterial.
  3. Enfermedades del sistema nervioso: trastornos como la enfermedad de Parkinson, la neuropatía diabética y otros problemas neurológicos pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular la presión arterial de manera eficiente.
  4. Problemas cardíacos: algunas enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca, las arritmias o la estenosis aórtica, pueden dificultar la capacidad del corazón para bombear sangre de manera adecuada, contribuyendo a la aparición de hipotensión ortostática.
  5. Uso de ciertos medicamentos: algunos fármacos, especialmente los utilizados para tratar la hipertensión arterial, enfermedades del corazón, depresión o trastornos neurológicos, pueden tener como efecto secundario la reducción de la presión arterial.
  6. Después de una comida (hipotensión postprandial): en algunas personas, especialmente en adultos mayores, la presión arterial puede disminuir después de comer, ya que una mayor cantidad de sangre se dirige al sistema digestivo.
  7. Permanecer en cama por largos períodos: el reposo prolongado en cama debido a una enfermedad o cirugía puede debilitar el sistema circulatorio y hacer que la presión arterial caiga bruscamente al intentar ponerse de pie.
Episodio: Presión arterial.

Cómo evitar la hipotensión postural

El tratamiento de la hipotensión ortostática depende de la causa subyacente y de la gravedad de los síntomas. En muchos casos, realizar algunos cambios en el estilo de vida puede ayudar a prevenir o reducir la frecuencia de los episodios.

Algunas opciones de tratamiento incluyen un aumento de la ingesta de líquidos, cambios en la postura, el uso de medias de compresión, elevar la almohada de la cama, llevar dietas más ricas en sal y realizar ejercicio físico.