Qué pasa con el reparto de la herencia si el fallecido se casó varias veces

Cuando hay más de un matrimonio y, por tanto, más personas implicadas, la distribución de la herencia puede convertirse en un conflicto, y por ello es conveniente llevar a cabo una buena planificación sucesoria según lo que establecen las leyes

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Matrimonio (Imagen Ilustrativa Infobae)
Matrimonio (Imagen Ilustrativa Infobae)

En los casos en los que existen matrimonios múltiples a lo largo de la vida de una persona que después fallece, la distribución de la herencia puede convertirse en un proceso complicado y, en ocasiones, conflictivo.

Es importante saber que las leyes españolas establecen derechos tanto para los cónyuges actuales como para los hijos y, en ciertos casos, para los ex cónyuges, lo que puede derivar en disputas legales y familiares. Precisamente por esto, la correcta planificación sucesoria y el conocimiento de las normativas vigentes son esenciales para evitar problemas y garantizar una distribución justa de los bienes.

En ese sentido, la redacción de un testamento claro y detallado es fundamental para evitar malentendidos y garantizar que los deseos del fallecido se cumplan de acuerdo con la ley.

¿Cuáles son los derechos de los cónyuges y los ex-cónyuges en una herencia?

De acuerdo con el Código Civil de España, el cónyuge legítimo tiene derecho a una parte de la herencia del fallecido, conocida como cuota, o tramo, de legítima usufructuaria. Este derecho es inalienable y asegura que el cónyuge sobreviviente reciba una porción de los bienes, independientemente de las disposiciones testamentarias.

Sin embargo, los ex cónyuges no tienen derechos automáticos sobre la herencia, salvo que el testamento del fallecido disponga lo contrario. Ahora bien, si así lo deseasen, pueden reclamar ciertos activos relacionados con el matrimonio anterior, como una pensión compensatoria, que podría ser cubierta con los bienes de la herencia.

El régimen económico matrimonial también juega un papel crucial en la distribución de los bienes. En el caso de los matrimonios bajo el régimen de bienes gananciales, la mitad de los bienes adquiridos durante el matrimonio pertenece al cónyuge sobreviviente, lo que puede complicar aún más la división de la herencia.

Por otro lado, en un régimen de separación de bienes, los derechos del cónyuge sobre los bienes del fallecido se limitan a lo estipulado en el testamento y a la cuota de legítima usufructuaria.

Además, hay que tener en cuenta la pensión de viudedad, que es otro aspecto que puede influir en la distribución de los bienes en casos de matrimonios múltiples. Este derecho corresponde al cónyuge actual, pero también puede ser solicitado por los ex cónyuges si cumplen ciertos requisitos legales, como no haberse vuelto a casar o estar bajo una pensión compensatoria. En estos casos, la pensión de viudedad puede dividirse entre el cónyuge actual y los ex cónyuges.

Aunque la pensión de viudedad y la herencia son mecanismos legales distintos, ambos están interrelacionados en la práctica. La percepción de una pensión por parte de un ex cónyuge puede influir en la cantidad de bienes que este reciba como parte de la herencia, especialmente si los recursos del fallecido son limitados. Esto subraya la importancia de considerar ambos aspectos al planificar el legado.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

La planificación sucesoria: el aspecto clave según los expertos

La falta de una planificación adecuada puede dar lugar a disputas prolongadas y caras, así como a juicios que dificulten la resolución de los conflictos. Este es uno de los temas que más se trata, de hecho, en los despachos de abogados especializados en derecho hereditario.

Precisamente por esto la elaboración de un testamento donde todo quede reflexionado y comprendido es esencial para evitar malentendidos y garantizar que los deseos del fallecido se cumplan de acuerdo con la ley. Precisamente por esto, contar con asesoramiento legal especializado puede ser clave para manejar situaciones complejas, como la existencia de herederos desaparecidos o la necesidad de dividir bienes en contextos de matrimonios múltiples.