Qué es la incapacidad permanente de oficio: enfermedades que dan derecho a esta pensión y tipos de invalidez

Esta situación de invalidez da derecho a percibir una pensión económica dependiendo del grado de incapacidad y del tipo de afección

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El 14,32% de los perceptores
El 14,32% de los perceptores de una pensión de incapacidad permanente reciben también el complemento a mínimos. (Fundación ONCE)

Los accidentes laborales, por desgracia, son un problema común en España. Según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, se registraron más de 300.000 bajas laborales por accidente en el ámbito de trabajo, tan solo entre los meses de enero y junio del pasado año 2024. Además, hasta esa misma fecha, en España hubo casi 300 muertos en accidentes de trabajo. Este tipo de inconvenientes se consideran accidentes laborales, según el bufete Sierra Abogados, cuando se trata de una lesión sufrida en el trabajo o una enfermedad provocada por la actividad laboral: “Incluye también aquellos accidentes que puedan sufrirse de camino al trabajo o los sufridos ejerciendo cargos de carácter sindical”.

Sin embargo, en ocasiones, el hecho de que un accidente sufrido debido a la actividad laboral incapacite a una persona para llevar a cabo tanto el propio trabajo como el resto de su vida diaria con normalidad es algo polémico. Esto, es cierto, tan solo ocurre en los peores casos, pero resulta algo frustrante que un inconveniente en el plano laboral tenga un efecto directo en el devenir de la vida de la víctima, más aún si estas consecuencias son permanentes y la lesión no tiene una curación rápida.

Los Bomberos han participado en
Los Bomberos han participado en el rescate de un trabajador muerto en accidente laboral. (Emergencias Madrid)

Algunas de las patologías que son compatibles con la incapacidad permanente

De todas maneras, no solo se puede acabar en una situación de invalidez debido a un accidente laboral. De hecho, esto es más bien extraordinario. La incapacidad permanente, según aclara el Aula de la Seguridad Social, se entiende como la situación por la que tras recibir un tratamiento y un alta médica, una persona tiene ciertas secuelas que le impiden realizar el trabajo de manera normal: “Es la situación de un trabajador que presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, susceptibles de determinación objetiva y previsiblemente definitivas, que disminuyan o anulen su capacidad laboral”. Por tanto, esta situación comprende accidentes o patologías que pueden sufrirse o no en el ámbito de trabajo, y esto es indiferente a la hora de determinar una incapacidad.

La incapacidad permanente se puede solicitar a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social, pero no existe un listado específico de enfermedades que son compatibles con la pensión. Esta decisión pertenece a un Tribunal Médico encargado de valorar a la persona y determinar si su patología conlleva una incapacidad o no y, en caso afirmativo, de qué tipo. Por ello, no hay un listado concreto de enfermedades incapacitantes, aunque algunas de las más comunes se enmarcan dentro de patologías neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, otros problemas como cardiopatías, disfunciones o cuestiones como la esclerosis o la artritis, además de trastornos mentales como pueden ser la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia.

Incapacidad laboral: las nuevas disposiciones
Incapacidad laboral: las nuevas disposiciones para trabajadores con depresión y ansiedad (Freepik)

Tipos de incapacidad permanente

En todo caso, una vez valorada la situación del trabajador, se determinará si se le concede una incapacidad permanente, que conlleva la percepción de una pensión económica mensual. Sin embargo, tanto la cuantía de esta pensión como las consecuencias de la incapacidad dependen del grado de invalidez que se determine. Por tanto, una Incapacidad permanente parcial para la profesión habitual implica “una disminución no inferior al 33 % en su rendimiento normal para dicha profesión, sin impedirle la realización de las tareas fundamentales de la misma”.

El Aula de la Seguridad Social expone, también el grado de la Incapacidad “total para la profesión habitual”, que supone la inhabilitación de la persona para su trabajo habitual, “siempre que pueda dedicarse a otra distinta”. En casos más graves, la Seguridad Social contempla: “Se entiende por Incapacidad permanente absoluta para todo trabajo la que inhabilite por completo al trabajador para toda profesión u oficio". Por último, la Gran Invalidez no solo implica la incapacidad permanente, sino también la asistencia de otra persona para los asuntos esenciales de la vida, debido a “pérdidas anatómicas o funcionales”.