
Prepararse para la jubilación no es una tarea que deba posponerse hasta los últimos años de la vida laboral. Esta es la clave de todos los consejos que suelen dar los expertos financieros especializados en el ámbito del ahorro para la época en la que cualquier persona deja de trabajar.
Precisamente, los expertos en finanzas personales recomiendan iniciar este proceso desde los 20 años, adaptando las estrategias de ahorro e inversión a cada etapa de la vida. Este enfoque permite construir un colchón financiero sólido que complemente el dinero que cualquier persona, dependiendo de su edad, y especificaciones personales, vaya a recibir del Estado.
Y el primer paso, de hecho, para los jóvenes de entre 20 y 30 años no es necesariamente destinar grandes cantidades de dinero a planes de ahorro, sino adquirir conocimientos básicos sobre finanzas personales.
De esta manera, el proceso no solo consiste en guardar dinero del salario, sino también en entender cómo funcionan los impuestos y los productos financieros, como los seguros de vida, los planes de ahorro en acciones y los planes de ahorro para la jubilación. También es crucial “invertir en uno mismo”, lo que incluye destinar recursos a formación académica o experiencias en el extranjero que puedan generar oportunidades profesionales a largo plazo.
¿Qué otros consejos habría que tener en cuenta para las diferentes fases de la vida?
La planificación en la década de los 30
A medida que una persona avanza hacia los 30 años, se vuelve esencial comprender a fondo el sistema de pensiones y cómo los diferentes productos financieros pueden contribuir al ahorro para la jubilación. Y de esta forma adquirir una mayor calidad de vida.
Según un estudio reciente de la Caisse des Dépôts et Consignations (CDC), hecho en Francia, solo una cuarta parte de los franceses tiene un conocimiento adecuado sobre el funcionamiento de las pensiones de su país, lo que resalta la necesidad de educación financiera en esta etapa, y que es una situación bastante similar a la que ocurre en España.
En este periodo, una parte del ahorro precautorio debe destinarse, según estos mismos expertos, a productos fiscales como los seguros de vida y los planes de ahorro para la jubilación. Sin embargo, uno de los economistas que participó en el estudio advirtió que es fundamental prestar atención a los costes asociados a estos productos, ya que pueden tener un impacto significativo en el crecimiento del capital a largo plazo. Las plataformas en línea para inversión, por ejemplo, suelen ofrecer tarifas más competitivas en comparación con los productos financieros tradicionales.

¿Cuáles son las herramientas clave entre los 40 y los 50 años?
La franja de edad entre los 40 y los 50 años es considerada crucial para acelerar el ahorro destinado a la fase de la jubilación. Y es que dicen los expertos que en esta etapa es recomendable acceder a diferentes páginas web que informan sobre la cotización que una persona lleva, y sus datos recogidos por la Seguridad Social, y así hacer estrategias concretas.
El especialista explicó que el esfuerzo de ahorro varía significativamente según la edad en la que se comience a planificar la jubilación. Por ejemplo, para alcanzar un capital de 250.000 euros al momento de retirarse, una persona que empiece a ahorrar a los 30 años necesitaría destinar menos de 200 euros al mes, mientras que alguien que inicie a los 50 años tendría que aportar cerca de 800 euros mensuales. De ahí la conveniencia de empezar cuanto antes mejor.
La estrategia de inversión a partir de los 55 años
Los años previos a la jubilación, especialmente a partir de los 55 años, representan una etapa clave para ajustar la estrategia de inversión. En esta fase los expertos se centran en recomendar que es necesario reducir progresivamente el nivel de riesgo en las inversiones a medida que se acerca la jubilación.
Esto implica vender parte de las acciones y reinvertir en instrumentos más seguros, como el mercado monetario, bonos o productos garantizados. Ahora bien, no se debe eliminar por completo, ya que los horizontes de inversión pueden extenderse incluso durante la jubilación, permitiendo planificar la transmisión de patrimonio.