La Comisión Europea presenta su proyecto para salvar el campo ante el miedo a una guerra comercial por los aranceles de Trump

Durante el primer mandato del ahora presidente de Estados Unidos, los aranceles que propuso al sector agroalimentario de Europa supusieron un golpe económico notable. No obstante, las organizaciones medioambientales alertan de que este nuevo plan podría debilitar los estándares ecológicos logrados

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ARCHIVO - La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, (AP Foto/Mindaugas Kulbis, archivo)

La Comisión Europea ha dado a conocer su nueva “visión para la agricultura y los alimentos” en la Unión Europea, un plan estratégico que busca transformar el sector agroalimentario de cara a 2040. Esta hoja de actuación tiene como objetivo hacer que la agricultura europea sea más “atractiva”, “competitiva” y “sostenible”.

Sin embargo, la propuesta ha generado preocupación entre organizaciones medioambientales, que temen que las medidas puedan debilitar aún más los estándares ecológicos, los cuáles ya fueron rebajados en 2024 tras las protestas masivas de agricultores.

El anuncio llega en un contexto de crecientes tensiones comerciales, especialmente con Estados Unidos, y de desafíos climáticos que afectan directamente al sector. En ese sentido, la Comisión Europea ha señalado que esta estrategia busca garantizar la resiliencia del campo frente a fenómenos meteorológicos extremos y la competencia global, al tiempo que intenta responder a las demandas de los agricultores, quienes el año pasado protagonizaron protestas que sacudieron a varios gobiernos europeos.

Una futura Política Agrícola Común y las críticas de las principales organizaciones medioambientales

El sector agroalimentario europeo tiene una histórica carrera soportando desafíos, desde luego. Y es que uno de los puntos que ha argumentado la Comisión Europea es que algunos de los aranceles que impuso Estados Unidos durante el primer mandato de Donald Trump afectó gravemente a productos como la aceituna negra española, lo que evidenció la vulnerabilidad del sector frente a medidas proteccionistas.

Es por esto que esta estrategia planteada incluye mecanismos legales para defender a los agricultores europeos de posibles ataques comerciales, ahora que el presidente de Estados Unidos ha planteado una política arancelaria de la que no se ha parado de hablar en semanas.

El vicepresidente de la Comisión para Cohesión y Reformas, Raffaele Fitto, destacó que los agricultores no son parte del problema, sino de la solución. De hecho, durante la presentación del plan, Fitto subrayó la importancia de colaborar con el sector para garantizar su futuro, reforzando su competitividad y resiliencia frente a los desafíos globales.

¿Cómo? La Comisión adelantó que la futura Política Agrícola Común (PAC), que entrará en vigor después de 2027, será más sencilla y estará orientada hacia incentivos en lugar de hacia condiciones tan estrictas. Aunque esta simplificación busca aliviar la carga administrativa para los agricultores, ha generado inquietud entre los grupos medioambientales, que temen una nueva relajación de los estándares ecológicos, tras la del pasado 2024.

 EFE/Nathalia Aguilar/Archivo
EFE/Nathalia Aguilar/Archivo

¿Cuáles son las bases del proyecto de Bruselas para que no caiga el sector agroalimentario?

Uno de los pilares de la estrategia presentada por Bruselas es hacer que la agricultura sea más atractiva para las nuevas generaciones. De esta forma, la Comisión Europea planea introducir iniciativas específicas para jóvenes agricultores, y, por otra parte, revisar la directiva sobre prácticas comerciales desleales. Este último punto busca asegurar que los productores no se vean obligados a vender sus productos por debajo de los costes de producción, una queja que es recurrente en el sector.

Otro aspecto clave de la hoja de ruta es garantizar que los altos estándares europeos no se conviertan en una desventaja competitiva frente a otras regiones. Precisamente por esto, Bruselas comenzará en 2025 a trabajar en la armonización de estándares en áreas como el uso de pesticidas peligrosos y el bienestar animal. Este esfuerzo busca evitar que los agricultores europeos enfrenten desventajas frente a competidores internacionales que operan bajo normativas menos estrictas.

Sin embargo, esta medida también ha generado críticas. Organizaciones como Pesticide Action Network han señalado que la decisión de rebajar, por ejemplo, algunas prohibiciones de pesticidas, y no buscar alternativas viables, favorece más a la industria química que a los agricultores y al medio ambiente. Por su parte, Greenpeace calificó la propuesta como una “visión de túnel” que ignora las recomendaciones de expertos para transformar el sistema alimentario europeo en un modelo más sostenible.

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