
En algún momento de nuestra vida todos hemos temido por la posibilidad de sufrir alguna dolencia o enfermedad grave. Este sentimiento, que en principio es completamente natural, puede convertirse en un problema si lo experimentamos de forma muy intensa o constantemente. Se habla entonces de la hipocondría.
La hipocondría es realmente un trastorno de ansiedad por la salud, ya que esta condición psicológica se caracteriza por una preocupación excesiva y persistente por padecer una enfermedad grave, incluso cuando no hay evidencia médica que lo justifique. Esta ansiedad por la salud puede generar un profundo malestar en la vida cotidiana de la persona afectada, interfiriendo con su trabajo, sus relaciones personales y su bienestar emocional.
Según Intro Psicólogos Madrid, la hipocondría está relacionada con la interpretación errónea de las sensaciones corporales normales, que la persona percibe como señales inequívocas de una enfermedad grave, aumentando así su preocupación y angustia. Por ello, los hipocondríacos suelen estar en un estado constante de alerta con respecto a su salud.
Las personas que padecen de hipocondría interpretan cualquier cambio en su cuerpo—como un leve dolor de cabeza, un mareo ocasional o una sensación de fatiga—como una señal de que padecen una enfermedad grave, como cáncer, problemas cardíacos o trastornos neurológicos. Entre los síntomas y comportamientos más comunes de la hipocondría se encuentran los siguientes:
- Autoobservación excesiva: están continuamente atentos a sus sensaciones corporales, buscando cualquier señal de enfermedad.
- Búsqueda constante de información médica: consultan en internet sobre enfermedades y síntomas, lo que puede aumentar su ansiedad en lugar de calmarla. Este fenómeno, conocido como cibercondría, es cada vez más común debido al fácil acceso a información médica en línea.
- Visitas frecuentes al médico: acuden repetidamente a consultas médicas y exigen pruebas diagnósticas, esperando obtener confirmación de que no están enfermos. Sin embargo, aunque los médicos les aseguren que están sanos, la tranquilidad suele ser temporal y pronto vuelven a preocuparse por otro síntoma.
- Dudas constantes sobre los diagnósticos médicos: aunque reciban resultados negativos en sus pruebas, la persona hipocondríaca sigue creyendo que los médicos pueden haberse equivocado o que no han detectado su enfermedad a tiempo.
- Evitación de ciertos lugares o actividades: en algunos casos, las personas con hipocondría evitan hospitales, consultas médicas o incluso hablar sobre enfermedades por miedo a que eso aumente su ansiedad o les haga desarrollar una enfermedad.
Cómo se trata la hipocondría
Los profesionales de Intro Psicólogos Madrid explican que el tratamiento de la hipocondría suele centrarse en la terapia cognitivo-conductual (TCC), un enfoque terapéutico que ha demostrado ser altamente efectivo para reducir los síntomas del trastorno de ansiedad por la salud.
La TCC ayuda a la persona a modificar sus patrones de pensamiento y comportamiento, abordando aspectos como la identificación y modificación de pensamientos irracionales trabajando con el paciente para que reconozca y cuestione sus creencias exageradas sobre la posibilidad de estar enfermo. Se intenta realizar una exposición controlada a situaciones temidas, en la que en lugar de evitar información médica o ciertas actividades, se ayuda al paciente a enfrentarlas de manera progresiva y sin ansiedad extrema. También se fomenta la disminución de visitas médicas innecesarias y la consulta obsesiva de información en internet.