
Parece ser que todo está derivando a la digitalización, desde la supresión de puestos de trabajo mediante la sustitución de los empleados humanos por máquinas automáticas al uso de la inteligencia artificial en numerosas industrias. El curso de la historia queda bastante claro.
Siguiendo esta misma línea, la Unión Europea ha anunciado un giro en su política que entrará en vigor a partir de 2027: a partir de entonces existirá un límite común en las transacciones en efectivo en los 27 países que conforman la UE. Supuestamente, se busca cerrar brechas en la legislación actual (ya que cada país tiene sus propios máximos) y tratar de poner obstáculos a las actividades ilícitas vinculadas al manejo de grandes sumas de dinero.
Aunque, en realidad, mientras el dinero en efectivo siga utilizándose, no hay manera de asegurar que no están teniendo lugar transacciones que superen esos máximos si estas se hacen por esos canales extraoficiales y sin registro. Queriendo decir que, si no queda constancia, quien opere con esas cantidades de efectivo en sus actividades ilícitas seguirá haciéndolo aunque esté prohibido. Las actividades ilícitas también lo están, al final.

El nuevo límite para operaciones en efectivo será de 10.000 euros a partir de 2027
Al mismo tiempo, y aunque el Centro Europeo del Consumidor asegura que esta medida también tiene entre sus objetivos el unificar la legislación en el marco europeo, también han dejado claro que cada estado miembro de la UE tendrá margen para imponer límites más bajos si así lo consideran. Pero, en ningún caso, podrá ser superior al oficial: a partir de 2027, el máximo permitido para realizar pagos en efectivo será de 10.000 euros.
En los últimos años, las diferencias en las normativas nacionales han sido uno de los puntos más polémicos en el manejo de las transacciones en efectivo dentro de la Unión Europea. Algunos países, como Alemania, Austria, o los Países Bajos, han operado sin límites concretos; mientras que otros como España y Francia ya cuentan con restricciones estrictas, permitiendo pagos en efectivo inferiores a los 1.000 euros. Otros países, como Bélgica, Italia, o Portugal, tienen límites más altos que el español, de 3.000 euros, pero al ser inferior a esos 10.000 euros tampoco se notará ningún cambio.
Esto significa que, en dichos países con normativa vigente, no va a suponer grandes cambios, si alguno, y sobre todo para las personas de a pie, que rara vez realizan operaciones tales, sea en efectivo o no. Cómo no, sin embargo, los países sin normativa concreta han manifestado su desacuerdo, argumentando que esta medida “socava la libertad individual y la privacidad financiera”, según ha informado Business Insider. Y aunque, objetivamente, quizás no les falta razón, es importante hacer hincapié en que ese límite de 10.000 euros afectará de manera específica a quien tiene el objetivo de hacerlo. Una persona promedio no llegará a notar el cambio, en realidad. Si se tratase de una prohibición total a las transacciones en efectivo, sería otra historia, claro.
El principal objetivo de la UE al aplicar esta nueva normativa es reducir las actividades ilegales vinculadas al uso de grandes sumas en efectivo, desde el blanqueo de dinero hasta la financiación de redes criminales y terroristas. Al no dejar ningún rastro digital, son una manera perfecta para realizar operaciones fraudulentas, por lo que esta medida busca también garantizar una mayor transparencia en las transacciones.