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Cada vez es más frecuente que nos veamos obligados a llevar nuestra comida al trabajo en táperes de plástico a diario. Sin embargo, este gesto tan cotidiano puede representar peligros para la salud si no se realiza correctamente. Y es que los recipientes de plástico, especialmente cuando están dañados o mal utilizados, pueden provocar la migración química, es decir, el traslado de sustancias dañinas desde el envase hacia los alimentos.
Un riesgo significativo se presenta cuando estos envases son utilizados para calentar comida en el microondas. Así lo ha explicado la especialista Merja Virtanen, de la Autoridad Alimentaria de Finlandia, al medio finlandés Iltalehti. “La superficie de plástico puede deteriorarse por temperaturas excesivamente altas, lo que facilita la migración de sustancias químicas y microplásticos a los alimentos”, asegura la experta. Además, aclaró que esto es especialmente probable cuando las etiquetas del recipiente no indican que sea apto para microondas. “Si no hay ninguna mención sobre la seguridad del microondas, no debes colocar el recipiente en el microondas en absoluto”, recomendó Virtanen a Iltalehti.
Señales de alerta para desechar un táper
Entre los factores clave que ponen en evidencia el deterioro de los recipientes de plástico están los malos olores, las manchas difíciles de eliminar, como aquellas rojizas por alimentos con grasas y tomate, o la aparición de grietas. Según explicó Virtanen, “los daños en los envases, como grietas o rasguños, incrementan la posibilidad de que ambos, químico y microplásticos, migren hacia los alimentos”. Aunque el uso aislado de un envase dañado puede no tener consecuencias inmediatas para la salud, Virtanen puntualizó que “se debe evitar el uso continuo de envases de plástico dañados”.
Otra señal de desgaste ocurre cuando los recipientes presentan manchas blancas en su superficie. De acuerdo con Virtanen, tales marcas pueden ser resultado de haber sometido el plástico a un calor excesivo durante el procesamiento. Por ende, una recomendación clave es revisar el estado general del envase de plástico antes de cada uso y reemplazarlo si da señales de deterioro.

El lavavajillas, otro punto a tener en cuenta
No solo el microondas representa un riesgo para la durabilidad y salubridad de los recipientes plásticos. “El lavado en el lavavajillas puede ocasionar daños en la superficie de plástico debido al agua caliente y los detergentes fuertes”, señaló la experta. Este proceso puede ablandar el material, hacerlo más susceptible a rasguños y eventualmente favorecer la migración química de sustancias dañinas hacia los alimentos que entran en contacto con él. Por lo tanto, es crucial verificar si los recipientes están etiquetados como aptos para este tipo de lavado.
La experta también destacó que “la resistencia al calor de los plásticos varía dependiendo del tipo de material”, por lo que no todos los modelos son adecuados para el uso en microondas ni en lavavajillas. Si no se encuentran advertencias claras en el producto, lo mejor es evitar estas prácticas para preservar tanto su integridad como nuestra salud.