“Solemos mandarle a mi abuela casi 350 euros al mes para que la cuiden, le den de comer, la lleven al médico; que al cambio serían como 1 millón y medio de pesos. Aunque aquí suena como mucho dinero, allá no lo es. Y siempre lo hacemos por medio del locutorio, porque es mucho más factible y más seguro”. Ivonne es colombiana y vino a España hace ya 20 años, cuando tan solo tenía 19. Desde entonces ha tenido múltiples trabajos con el objetivo de ayudar a su abuela, que reside en Colombia. Como ella, centenares de personas mandan dinero cada día a sus países de origen. Para muchas familias latinas, se trata de la única vía de supervivencia. Por ello, estos envíos, conocidos como remesas, son cada vez más frecuentes.
Las personas migrantes que residen en España enviaron en 2023 más de 10.700 millones de euros en remesas a sus países de origen, según los últimos datos del Banco de España. Se trata de un récord histórico y un aumento del 75% respecto a 10 años antes (en 2013), cuando se enviaron 6.106 millones de euros.
“Para toda esa familia que está por allá lejos es de mucha importancia el dinero, porque con eso comen, pagan el alquiler, los gastos de los hijos, el colegio... La mayoría de las personas que vienen aquí, vienen solas, dejan a sus hijos por allá, a sus padres. Entonces, todo lo que les puedan enviar, para ellos es una felicidad”, cuenta Ivonne a Infobae España, y añade que “hay mucha gente que, para que su familia pueda emigrar, hipotecan casas, piden préstamos y suelen trabajar mucho más”, por lo que este dinero es una manera de devolverles el esfuerzo que hicieron.
Los países que destacan entre los receptores de los envíos de dinero desde España son Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Y para realizar estos trámites, los ciudadanos pueden optar por empresas especializadas o por intermediarios informales. Aunque esta última opción suele ser más económica, también es la menos segura, ya que en algunos casos el dinero nunca llega a su destino.
El fraude de los comisionistas
Basta con hacer una búsqueda rápida en aplicaciones como Instagram para encontrar numerosas cuentas que se dedican los envíos de remesas. Algunos de estos ‘comisionistas’ ofrecen un servicio legítimo, pero otros pueden llegar a ser unos estafadores. Una vez que el migrante envía el dinero, lo bloquean y desaparecen. Y es que el auge de estas transacciones ha sido terreno fértil para las actividades fraudulentas.
Atilana Piñón es migrante y ha residido en cinco países. Cada vez que se mudaba, pasaba por el mismo problema. Hasta que decidió no depender de nadie más y fundó la compañía Retorna, una plataforma con la que realizar estos envíos monetarios de manera segura y que opera bajo la regulación del Banco de España, la CMF en Chile y el Banco de Canadá.
Según los datos de su compañía, los ciudadanos que recurren a las remesas destinan a ello el 20% de su salario mensual, que suelen servir para el pago de comida o medicamentos. Por eso, utilizar un comisionista puede poner en riesgo esas necesidades básicas.
“La forma tradicional de estafar a estas personas es que les ofrecen o una tasa de cambio muy atractiva o una promoción muy buena que hace que la persona haga la transacción”, explica Piñón a Infobae España. Y es que muchos se aprovechan del desconocimiento de los extranjeros recién llegados, que suelen carecer de cuentas bancarias o información sobre plataformas seguras. Los clientes entregan el dinero en efectivo y, en algunos casos, reciben un comprobante sin validez legal. El envío puede retrasarse varios días, quedar retenido o incluso nunca llegar a su destino.
Alrededor del 55% de los migrantes que recurren a las remesas son mujeres de entre 25 y 45 años. Como explica Piñón, en muchas ocasiones recurren a estos servicios informales por una cuestión de confianza y hábitos: “Si alguien ha utilizado un comisionista en el pasado y le ha funcionado, tiende a seguir haciéndolo sin cuestionarlo demasiado. Además, muchas personas no conocen las alternativas seguras”, añade.
Las remesas son importantes para las familias, pero también para el país
Estos montos de dinero, en muchas ocasiones, son fundamentales para las economías familiares: “Se pagan medicinas, se paga acceso a la educación, acceso al agua. Realmente es una ayuda muy importante la que ingresa en estos países y que proviene de migrantes que se mudaron a España buscando un mejor futuro, pero que mes a mes apoyan a su familia”, cuenta Atilana. Sin embargo, su repercusión no se detiene en el hogar.
Piñón especifica que las remesas llegan a impactar a 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y que son la principal fuente del PIB en varios países de Centroamérica, como El Salvador y Honduras. En Nepal, el dinero enviado por los migrantes equivale a un porcentaje considerable de la economía nacional, llegando incluso a superar la entrada de divisas por exportaciones.