Qué son los aranceles recíprocos que Trump quiere imponer a Europa

El recién estrenado presidente asegura que hay que corregir el desequilibrio que se da en la mayor parte de las relaciones comerciales de Estados Unidos, y que los aranceles recíprocos son la solución idónea. Los expertos económicos prevén que algunos sectores quedarán especialmente afectados, como el de la automoción

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U.S. President Donald Trump speaks
U.S. President Donald Trump speaks in the Oval Office of the White House in Washington, D.C., U.S., February 11, 2025. REUTERS/Kevin Lamarque

En mitad de la vorágine informativa sobre los altos aranceles que Donald Trump quiere imponer a gran parte del mundo, llegan sus últimos movimientos con respecto a lo que él ha decidido denominar el comercio recíproco.

Y es que hoy, viernes 14 de febrero, el presidente de Estados Unidos ha firmado una orden ejecutiva para restablecer lo que él considera que es la verdadera equidad en el comercio internacional, y favorecer, de esta forma, que su propia economía salga beneficiada.

Trump afirma, mediante su futuro secretario de Comercio, Howard Lutnick, que la política comercial de Europa es demasiado dura con los estadounidenses, y que está abierto al diálogo si alguno de los países a los que va a imponer los aranceles, deciden reducir o incluso eliminar los que ellos establecen a Estados Unidos.

En ese sentido, el presidente afirma que el sistema del Impuesto del Valor Añadido (el IVA) que hay en Europa, y en concreto en la Unión Europea, es un arancel oculto, y Estados Unidos debe responder para que haya un equilibrio que no perjudique a su país económicamente.

Los expertos claman contra lo que consideran que es un error que roza lo inverosímil, pero... ¿Qué son los aranceles recíprocos en los que el empresario neoyorkino parece confiar a ciegas? ¿Realmente es un baremo justo, o simplemente un instrumento de negociación futura?

La equiparación que Donald Trump hace entre los impuestos generales, y los aranceles

Que lo que un país extranjero hace pagar a Estados Unidos, sea exactamente lo mismo que Estados Unidos le cobre a dicho país. Ese es el precepto en el que se basa el magnate millonario para confiar en que los aranceles van a ser una de las medidas económicas estrella en su segundo mandato como presidente.

Trump afirma que bajo su administración, el IVA será considerado como un arancel, y que por tanto todos aquellos países europeos que lo utilicen en su comercialización con EEUU, estarán dejando claro cuál es el porcentaje que ellos mismos tendrán que pagar a la hora de vender sus productos allí. Por ejemplo, en el caso de España, que tiene un IVA general del 21%, esta será la cifra extra que lleve cada producto exportado. Pero en el caso de otros países europeos, como Hungría, el porcentaje sería aún mayor, del 27%.

El secretario de Comercio Howard
El secretario de Comercio Howard Lutnick escucha mientras el presidente Donald Trump habla después de firmar una orden ejecutiva en la Oficina Oval en la Casa Blanca en Washington el 13 de febrero del 2025. (AP foto/Ben Curtis)

No obstante, analizando un ejemplo práctico, se puede entender el verdadero cambio que va a suponer esta decisión del presidente de EEUU. Es el caso del sector de la automoción, que actualmente impone en Europa un 10% a los productos importados de otros países (como Estados Unidos) más el 17% de IVA que tiene, por ejemplo Alemania, lo que sería un total de un 27%. Como mínimo, porque hay países europeos que tienen un IVA superior.

Actualmente Estados Unidos tiene un arancel a los vehículos importados de Europa de un 2,5%, y con el cambio que asegura la nueva administración republicana que va a suceder, estaríamos hablando de una subida total de diez veces su cifra actual.

¿Qué opinan los expertos en economía sobre los aranceles recíprocos?

La equiparación del IVA con los aranceles es un sin sentido. Esto es lo que afirman algunos expertos en economía como Antonio Sanabria, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid.

El motivo es evidente, y es que el Impuesto sobre el Valor Añadido es un impuesto indirecto que grava el consumo, pero grava de la misma forma los productos nacionales que los extranjeros, es decir, los que provienen de Europa o los que provienen de Estados Unidos. Esto significa que ellos no se ven perjudicados vendiendo productos a Europa frente a los productores europeos por el IVA, que es lo que sucedería exactamente con los aranceles que propone Donald Trump.

Los aranceles recíprocos tampoco son vistos con buenos ojos, evidentemente, por la Comisión Europea, que ha afirmado que es un paso en la dirección equivocada, y que la Unión Europea no dudará en reaccionar con firmeza e inmediatez.