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Era previsible, aunque cupiesen ciertas dudas, que finalmente iba a ser el consorcio vasco formado por el empresario José Antonio Jainaga, de Sidenor, junto con el Gobierno Vasco, a través del fondo público Finkatuz y las fundaciones bancarias BBK y Vital, quien iba a ganar la batalla por hacerse con un porcentaje de Talgo, la empresa ferroviaria fundada en 1942.
Tan solo hacía una semana que habían saltado todas las alarmas ante el comunicado que había lanzado PFR, el Fondo de Desarrollo de Polonia, dejando claro que quería lanzar una oferta pública de adquisición, es decir, una OPA, para comprar el 100% de las acciones de Talgo y lograr así lo que en sus palabras iba a convertirse en un campeón europeo de la industria ferroviaria.
No obstante, el gobierno de Pedro Sánchez no escondía que tenía absoluta preferencia por la opción del consorcio vasco para la compra de un porcentaje de Talgo, y que de esta forma la empresa siguiese manteniendo su españolidad.
Numerosas ofertas para el Fondo Trilantic, que tenía como fecha límite este 14 de febrero
A la oferta polaca, y la contraoferta que daba el consorcio vasco que finalmente ha logrado obtener las acciones de Talgo, se añadió también el interés que la empresa española suscitaba en Jupiter Wagons, un fabricante indio de vagones de mercancías y pasajeros que había ofrecido un precio incluso superior al del consorcio vasco, que era de 177 millones de euros por el 29,77% de las acciones que finalmente se ha llevado.
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El Fondo Trilantic, líder de Pegaso, que es el accionista principal de Talgo, había puesto un límite en este viernes 14 de febrero para reflexionar sobre las ofertas que había recibido, e incluso esperar alguna otra, para saber qué era lo que más le convenía una empresa ferroviaria que es todo un símbolo del universo empresarial español.
No obstante, había cosas que estaban bastante claras desde el principio. Que el Ministro de Transportes Óscar Puente, por ejemplo, había dicho en numerosas ocasiones que el gobierno siempre iba a favorecer que fuesen inversores españoles los que tuviesen mayores posibilidades de acceder a las acciones de Talgo, con el fin de preservar la españolidad de la empresa.
Los argumentos del gobierno para apoyar abiertamente al consorcio vasco
No viene mal para entender el contexto de esta compra recordar que el Gobierno Español ya vetó la OPA que lanzó el grupo húngaro Magyar Vagon sobre la misma empresa de Talgo a finales del verano del pasado año 2024. En esta ocasión fueron firmes con su alegato, y especificaron que había que aplicar la normativa vigente en materia de control de inversiones exteriores, y que tenían especial interés por proteger el mercado interior y favorecer que hubiese ofertas que implicasen a inversores españoles.
De aquellos polvos estos nodos, y era evidente que su opinión con respecto a la OPA propuesta por el fondo polaco iba a ser similar. El principio de acuerdo que ha alcanzado este mismo viernes el consorcio vasco Sidenor con el Fondo Trilantic es la crónica de un acuerdo anunciado, y en breves se tendrá más información sobre cuáles van a ser las condiciones y los tiempos.