![Atún en conserva. (Shutterstock)](https://www.infobae.com/resizer/v2/TQ7NAXUQY5CX7DATIQJ3HHWSEY.jpg?auth=5cffe58e26c596480f55f21c38b3074ec07afd7a140503ada21c79b5c95dfa64&smart=true&width=350&height=233&quality=85)
Cuando acudimos al supermercado son múltiples las opciones de atún en conserva que encontramos, una forma excelente y sencilla de tomar pescado. Tal y como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), España "es el principal productor de conservas de atún de Europa y ocupa el segundo lugar a nivel mundial“. Asimismo, la ciudadanía del país es una gran consumidora de este producto.
Este pescado azul contiene proteínas de alto valor biológico, además de contribuir a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D. Asimismo, aporta ácidos grasos de cadena larga omega-3 que tiene efectos cardiosaludables.
¿Es mejor el atún en lata al natural o en aceite?
Una vez tenemos claro que el atún en conserva es saludable y que es una opción dinámica y sencilla de consumir pescado, nos queda ir contestando a otras cuestiones. Una pregunta común que nos surge una vez llegamos a la estantería del supermercado donde se encuentran las latas es saber qué opción escoger.
La doctora Isabel Vina, conocida en redes como @isabelvinabas, ha aclarado si es mejor el atún en lata al natural o en aceite de oliva, aceite de girasol o en escabeche. La médico explica que si lo que se busca es minimizar la ingesta de mercurio, lo “ideal” es decantarse por la versión “al natural”. Esto se debe a que, como detalla, “en cualquier medio graso” como puede ser el aceite de oliva virgen extra, aceite de girasol o el escabeche, se favorece la acumulación de este metal pesado.
“Se estima que el atún en aceite de cualquier tipo o escabeche tiene entre ocho o diez microgramos más de mercurio que el natural”, añade la profesional de la salud.
Cómo afecta el mercurio a nuestra salud
El mercurio es un elemento químico que forma parte de la composición natural de la corteza terrestre, y que también se desprende al medio ambiente por combustión en las actividades industriales, tal y como se explica en la web de Elika Seguridad Alimentaria. Este se transforma en metilmercurio por la acción microbiana y son los peces los que los ingieren. En el caso de las personas, se consume este metal cuando comemos alguno de estos pescados.
El metilmercurio impacta principalmente el sistema nervioso central y el sistema renal, provocando un aumento en su peso. Sin embargo, en dosis muy elevadas, también puede afectar otros órganos como el hígado, el sistema inmunológico y los sistemas reproductivos y del desarrollo.
El cerebro en desarrollo es especialmente vulnerable a su toxicidad, lo que puede derivar en alteraciones conductuales leves, trastornos del lenguaje, problemas de memoria, pérdida de visión y audición, dificultades de aprendizaje y retrasos en el desarrollo. Los grupos de la población más vulnerables a este contaminante son:
- Los bebés lactantes.
- Bebés y niños de corta edad.
- Mujeres embarazadas.
Por ello, Vina recomienda el atún al natural. En el caso de que se compre con ceite, recomienda tirar el líquido en el que viene y después aderezarlo con un “aceite bueno virgen extra”.