Qué debes revisar para que la Seguridad Social no te quite la incapacidad permanente total si encuentras un trabajo compatible con tu enfermedad

La capacidad de trabajar con una pensión de incapacidad permanente total se basa en que el empleo desempeñado no interfiera con las limitaciones físicas o psíquicas del beneficiario

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Un tribunal médico evalúa las
Un tribunal médico evalúa las condiciones de salud de una persona para ser beneficiaria de la incapacidad permanente. (Getty Images)

Las personas que reciben una pensión por incapacidad permanente total deben observar una serie de factores clave antes de aceptar un empleo. Así garantizan que su nueva actividad laboral puede ser compatible con la prestación y no corran el riesgo de perder este derecho. La incapacidad permanente total permite al beneficiario trabajar en profesiones distintas a su actividad habitual, siempre y cuando no generen conflicto con las dolencias o limitaciones que motivaron la concesión de la pensión. Sin embargo, esta compatibilidad debe ser cuidadosamente evaluada y, en muchos casos, comunicada al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

La capacidad de trabajar con una pensión de incapacidad permanente total se basa en que el empleo desempeñado no interfiera con las limitaciones físicas o psíquicas del beneficiario. Por ejemplo, esta pensión sería compatible con un empleo distinto al habitual cuando las tareas no afecten las lesiones o patologías que originaron la incapacidad. Un caso ilustrativo sería el de alguien que posee la incapacidad total para trabajos de esfuerzo físico y encuentra un puesto administrativo compatible con su situación.

Es crucial entender, sin embargo, que en caso de aceptar un empleo no compatible, el INSS podría retirar la pensión tras una revisión y determinar que la actividad profesional incumple las condiciones establecidas. Por esta razón, antes de comenzar cualquier trabajo, se recomienda cautela y analizar cada detalle.

Identificación y análisis de las tareas del nuevo empleo

Un paso esencial es entender con precisión las funciones que se llevarán a cabo en el nuevo puesto. Las personas beneficiarias deben examinar si la descripción del empleo no coincide ni en lo mínimo con las actividades de su trabajo habitual, ya que cualquier semana podría ser motivo de revisión por parte de la Seguridad Social.

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Por ejemplo, si una persona con incapacidad permanente total debido a fibromialgia decide trabajar en una oficina de limpieza doméstica, lo más probable es que su pensión sea revocada, pues la tarea sería similar al trabajo habitual que originó su incapacidad. En contrapartida, si fuera contratada como administrativa, siempre que esta actividad no implique un esfuerzo que agrave su condición, no habría incompatibilidad.

Informes médicos, pieza clave

Otro aspecto relevante consiste en contar con informes médicos actualizados. Estos documentos son fundamentales para demostrar que el nuevo trabajo no exacerba la patología o lesión del beneficiario ni vulnera sus limitaciones. Los informes médicos sirven como respaldo ante el INSS en caso de que surjan dudas sobre la idoneidad del empleo.

En este sentido, antes de aceptar una oferta laboral, es vital discutir la situación con los médicos tratantes y recopilar documentación que indique expresamente que las funciones del nuevo empleo son viables en el marco de las condiciones de salud del titular de la pensión.

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Aunque no es un requisito obligatorio, es preferible informar al INSS sobre el nuevo empleo. Esta notificación se realiza a través de un escrito acompañado de los informes médicos que respalden la compatibilidad del trabajo planeado con la situación del beneficiario. Para hacerlo, se puede utilizar un formulario específico disponible en la Sede Electrónica de la Seguridad Social.

Riesgos por ignorar las normas

Si un beneficiario decide trabajar sin tener en cuenta las recomendaciones mencionadas, podría enfrentarse a una revisión de grado. En esta evaluación, el INSS podría determinar que, debido al nuevo empleo, la condición del trabajador ha mejorado, lo cual derivaría en la retirada de la prestación o en su reducción a un grado inferior. Además, en casos de nuevas actividades que contravienen los principios de compatibilidad, el INSS podría alegar una infracción y terminar con el derecho a la pensión.

El riesgo no solo afecta al ingreso mensual que percibe el beneficiario, sino también a otras ventajas asociadas a su situación, como el reconocimiento de un grado de discapacidad del 33% que facilita el acceso a mercados laborales adaptados oa beneficios fiscales en la declaración de la renta.

Para evitar que la Seguridad Social jubile la incapacidad permanente total al aceptar un nuevo empleo, es crucial analizar minuciosamente las funciones del puesto, apoyarse en los informes médicos, notificar al INSS y garantizar la absoluta compatibilidad laboral. Aunque la normativa permite trabajar, el cumplimiento riguroso de estas disposiciones es indispensable para proteger el derecho a la prestación y evitar problemas legales o económicos en el futuro.

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