La compresión del nervio cubital en el codo es una de las neuropatías más comunes en la extremidad superior, solo superada por el síndrome del túnel carpiano. Esta afección puede causar dolor, hormigueo y debilidad en la mano, afectando la capacidad de movimiento y la fuerza de los dedos.
Esta condición es una lesión acumulativa causada por la tracción o compresión del nervio cubital, uno de los principales del brazo, que se produce cuando el codo se dobla repetidamente más allá de los 90 grados.
Según las directrices clínicas del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), la incapacidad temporal estándar para los trabajadores que padecen una lesión del nervio cubital es de aproximadamente 60 días.
Este tiempo de baja está basado en la evolución del cuadro clínico y en la aplicación de los tratamientos adecuados, aunque puede variar dependiendo de la gravedad de la afectación y de la respuesta del paciente a la terapia.
El síndrome del ‘canal epitrócleo-olecraniano’, como se conoce médicamente, puede estar relacionado con actividades laborales que implican movimientos repetitivos del codo, apoyo prolongado sobre superficies duras o el uso de herramientas que generen presión en la zona.
Entre las profesiones más afectadas se encuentran trabajadores de la construcción, mecánicos, joyeros, telefonistas y deportistas de alto impacto.
El diagnóstico se realiza mediante exploraciones clínicas y pruebas neurofisiológicas como la electromiografía. En casos graves, donde el tratamiento conservador no es suficiente, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
Para prevenir esta lesión, los expertos recomiendan mejorar la ergonomía en el trabajo, evitar apoyos prolongados sobre el codo y realizar pausas activas para reducir la sobrecarga en la articulación.
Detección de la condición
Para detectar el síndrome del túnel cubital, los especialistas emplean diversas maniobras de exploración clínica que permiten evaluar la función del nervio cubital y la presencia de compresión o irritación.
Una de las pruebas más utilizadas es la prueba de Tinel, que consiste en percutir suavemente el nervio cubital en la zona del codo. Si el paciente experimenta hormigueo o una sensación eléctrica que se extiende hacia el meñique y el anular, esto puede indicar compresión del nervio.
Otra técnica es la prueba de flexión del codo, en la que se le pide al paciente que mantenga el codo flexionado a 90 grados durante uno o dos minutos. Si aparecen entumecimiento o dolor en los dedos, es una señal de que el nervio está irritado.
Además, los médicos pueden realizar la prueba de presión sobre el nervio cubital, en la que aplican una leve presión en el trayecto del nervio a lo largo del codo para evaluar si se desencadenan síntomas.
También se puede emplear la prueba de Froment, que evalúa la función del nervio en los músculos de la mano. En este caso, se pide al paciente que sostenga un papel entre el pulgar y el índice; si el nervio cubital está afectado, el pulgar mostrará una debilidad característica.
Malestar por el uso del teléfono
El cirujano ortopédico Peter J. Evans advierte que sostener el teléfono con el meñique podría implicar un leve riesgo de compresión del nervio del dedo, lo que, con el tiempo, podría causar dolor, entumecimiento o sensación de hormigueo.
Sin embargo, Evans señala que estos síntomas también pueden ser indicio del síndrome del túnel cubital, que con los años ha sido renombrado para estos casos como “codo de smartphone”.
“Sostener el teléfono en alto mientras se habla o se envían mensajes de texto puede desencadenar o agravar el síndrome del túnel cubital preexistente, de ahí su apodo de ‘codo del teléfono inteligente’”, concluye el estudio.