Una empresa italiana, condenada a pagar 230.000 € por vender aceite de oliva como si fuese AOVE: “Es un producto vivo cuya calidad varía”

No es la primera vez que Carapelli Firenze enfrenta una multa de este tipo. En 2016, la compañía fue sancionada por la Agencia Antimonopolio italiana con una multa de 300.000 euros

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La OCU ha analizado 23
La OCU ha analizado 23 aceites de oliva virgen extra disponibles en los supermercados (Adobe Stock)

El Tribunal de Florencia ha condenado a la histórica empresa italiana Carapelli Firenze SpA, propiedad del grupo español Deoleo Global desde 2006, al pago de una multa que supera los 230.000 euros por infracciones relacionadas con la comercialización de aceite de oliva. La sanción responde específicamente a la venta en Francia, en el año 2017, de un producto etiquetado incorrectamente como “aceite de oliva virgen extra” (AOVE), cuando no cumplía con los estándares establecidos para esta clasificación.

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La sentencia, emitida el pasado 30 de enero, rechaza el recurso interpuesto por Carapelli contra la multa previamente ordenada por el Ministerio de Políticas Agrícolas, Alimentarias y Forestales de Italia. De acuerdo con la información publicada por Corriere Fiorentino, esta resolución tiene su origen en una investigación que se inició en noviembre de 2017 tras un informe de las autoridades francesas. Estas detectan irregularidades calificadas como “defectos rancios” en el aceite de oliva comercializado por la empresa italiana.

El aceite ‘de garrafón’ sigue en nuestros restaurantes: “Una década después, es inaceptable que haya establecimientos que incumplan la ley”.

Tras la alerta inicial, inspectores del Ministerio italiano realizaron un muestreo del mismo lote señalado en Francia, enviando las muestras a su laboratorio en Perugia para un análisis técnico completo. Según los datos recogidos y validados en sentencia, el aceite analizado no cumple con los estrictos parámetros que otorgan el derecho a la clasificación como “virgen extra”. Este hallazgo fue concluyente para confirmar la infracción y justificar la multa económica impuesta por las autoridades.

Historial de problemas para Carapelli

Este no es el primer incidente que enfrenta Carapelli Firenze relacionado con la calidad de sus aceites. En 2010, un estudio realizado por el Davis Olive Center de la Universidad de California ya había señalado casos de etiquetado incorrecto en los productos de la empresa. Más adelante, en 2016, la compañía fue sancionada por la Agencia Antimonopolio italiana con una multa de 300.000 euros al detectar que varios de sus aceites comercializados como “virgen extra” –incluidos “Bertolli Gentile”, “Sasso Classico” y “Carapelli Il Frantolio”– contenían en realidad aceite de oliva virgen simple, de calidad inferior.

En aquella ocasión, investigaciones realizadas por los Carabineros del núcleo de salud pública (NAS) concluyeron que los productos no cumplían con los estándares legales y no podían ser vendidos como “virgen extra”. El grupo Deoleo, también propietario de las marcas afectadas, apeló la decisión, pero en 2022 el Tribunal Administrativo Regional (TAR) del Lacio dio por cerrado el caso, ratificando la sanción original.

Respuesta de Carapelli

Ante la nueva multa de 230.000 euros impuesta por el incidente en Francia, Carapelli Firenze emitió un comunicado en el que defiende la calidad de su producción y niega categóricamente cualquier riesgo para la salud de los consumidores. La empresa considera que las razones detrás de la sanción están vinculadas a un “problema sensorial” en la evaluación del producto, relacionado con las condiciones externas de conservación, las cuales no estarían bajo el control directo de la firma.

En el comunicado, Silvia Donnini, del área de Asuntos Públicos y Legales de Carapelli, subrayó el compromiso de la compañía con el control de calidad, afirmando que realiza más de 45.000 análisis anuales y aplica procesos de verificación interna rigurosos antes de comercializar sus productos. Según Donnini, el aceite embotellado es un “producto vivo” cuya calidad puede variar según factores externos una vez que esté en el mercado. Asimismo, critica que la prueba realizada por el laboratorio oficial italiano se basara en una única muestra, argumentando que no sería representativa del total distribuido por la empresa.

Además, Carapelli enfatizó que la sentencia del Tribunal florentino es de primera instancia, por lo que la empresa considera que aún tiene margen para apelar y revertir la decisión judicial. Finalmente, reiteró que la calidad y la transparencia son valores clave dentro de su misión empresarial y expresó su deseo de continuar trabajando para mantener la confianza de los consumidores.

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