El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el anteproyecto de ley para la rebaja de la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales sin pérdida de salario. Se trataba de un tema crucial para la presidenta de Sumar y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, (era una de las propuestas más importantes de su programa), que lo planteó como requisito fundamental para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Aunque su intención es acabar reduciendo la jornada laboral en España hasta las 35 horas al final de su mandato.
De momento, la medida tiene que recibir los preceptivos informes del Consejo de Estado y del Consejo Económico y Social antes de volver al Consejo de Ministros como proyecto de ley, lo que Trabajo estima que se producirá en torno a finales de febrero. Después, cerca de principios de marzo, entrará ya en el Congreso, donde los grupos parlamentarios podrán introducir enmiendas antes de su aprobación definitiva.
La medida ha generado controversia, especialmente entre las organizaciones de empresarios, que creen que reducir el tiempo de trabajo disminuiría la productividad y, con ello, la facturación. En el Viejo Continente, la tendencia en los últimos 40 años ha sido reducir las horas de trabajo sin que esto haya afectado negativamente a la productividad. Ahora bien, ¿se cumplen realmente las jornadas máximas de trabajo?
Noruegos y finlandeses, los que menos trabajan de la UE
La oficina de estadística de la Unión Europea, Eurostat, ha elaborado una tabla que recoge los tiempos de trabajo de cada país de la Unión Europea de 2023. Se trata de un promedio de horas semanales reales de trabajo de las personas empleadas a jornada completa (no las jornadas máximas permitidas legalmente).
De esta manera, aunque en España la jornada máxima actual es de 40 horas a la semana, el tiempo efectivo de trabajo de las personas con jornada completa es de 38,8 horas semanales. Una cifra que se encuentra unas décimas por debajo de la media de la UE, situada en 39 horas reales de trabajo.
En Suecia, Noruega, Finlandia, Italia o Portugal, la jornada máxima establecida por ley también es de 40 horas, aunque el tiempo efectivo trabajado es generalmente menor. En Suecia es de 38,2 horas, en Italia de 39 y en Portugal de 39,1 horas de media. Noruega y Finlandia son los dos únicos países de la UE que trabajan algo menos de 37,5 horas (su jornada real es de 37,2 horas a la semana).
Aun así, el país europeo que cuenta con el tiempo legal de trabajo a jornada completa más bajo es Francia, con 35 horas semanales. Sin embargo, según la institución de estadística, se trabajan de media 38,5 horas efectivas.
En Bélgica, Dinamarca o Países Bajos, estas jornadas laborales aumentan un poco con respecto al país galo -aunque siguen estando entre las menores-, hasta las 38, las 37 y las 37,5 horas, respectivamente, según sus leyes. Pero esa no es la realidad. En Bélgica y Dinamarca se trabajan 38,1 horas y en Países Bajos una media de 37,7 horas. Es decir, que realmente se trabaja más de lo estipulado por ley.
En Turquía se trabaja 46,6 horas semanales
En el lado contrario, el de los países que más trabajan, lidera Turquía, con 46,6 horas reales trabajadas, a pesar de que su jornada máxima es de 45 horas. Le siguen Suiza, Serbia y Grecia. En el primero, la jornada laboral es de entre 45 y 50 horas semanales -según el sector- y trabajan 43,2 horas efectivas. En Serbia la jornada máxima es de 40 horas, aunque trabajan realmente 42,9 a la semana.
El caso de Grecia es uno de los menos alentadores. En 2023, el Parlamento griego aprobó la posibilidad de trabajar hasta 13 horas diarias (78 horas semanales). La reforma laboral permite a los trabajadores tener un segundo empleo, de un máximo de cinco horas diarias, junto a su actividad principal de ocho horas al día.
En Rumanía, que también tiene una de las jornadas más largas establecidas por ley (como máximo se pueden trabajar 48 horas semanales), el tiempo de trabajo efectivo de media son 39,9 horas.