Pocas cosas nos gustan más que estar en una terraza. Da igual como sea, mientras haya sillas y mesas, disfrutamos de la compañía y de compartir ese espacio con amigos o familiares, ya sea en pleno verano bajo la sombra de un toldo o en invierno con la calidez de una estufa. Convertidas en una extensión de nuestra vida social, las terrazas de bares y cafeterías son el escenario perfecto para compartir un café matutino, una comida, una cerveza por la tarde o unas copas por la noche.
Sin embargo, en muchas ocasiones, pagamos por estar en ellas. Los creadores de contenido, Andrés Millán (@lawtips) y Pablo Cabezali (@Cenandoconpablo), han explicado qué es lo que los establecimientos nunca pueden hacer cuando nos sentamos en ellas. A pesar de que sea una práctica muy extendida, no deja de ser ilegal. Y es que bajo ningún concepto un local le puede cobrar a un cliente un porcentaje del precio por estar fuera. Es decir, que cuando leemos en un cartel de un bar: “10% adicional por estar en terraza”, eso no está permitido. Ambos explican que lo que deberían hacer es cobrar una unidad, “un euro o dos euros” por elegir ese sitio.
Cosas ilegales que no te pueden cobrar en un restaurante
Sin embargo, lo de las terrazas no es la única cosa ilegal que hacen los restaurantes, aunque lo veamos como algo común. Jamás deberían cobrar por el cubierto, ya que, como detallan, “es un servicio inherente al propio servicio que tú estás obteniendo”. “Es como si te cobraran ‘taza’, ‘silla’ o ‘mesa’, no tiene sentido”, añaden. En otros tantos mesones, nos sentaremos y al leer la carta nos percataremos de que los precios no tienen el IVA incluido esto, una vez más no está permitido. “En la carta siempre tiene que aparecer el precio incluido”, sentencian. Lo mismo ocurre con la frase “precio según mercado”, como señalan en muchas marisquerías, en todo momento “se tiene que poner el precio final”.
“Incluso aunque sepa fatal”
Los creadores de contenido, comentan que “en todos lados por ley” tienen que dar agua si un cliente así lo solicita, “incluso aunque sepa fatal”. En el caso de que un local se negara a ello, el consumidor puede informarlo a las autoridades. “Puede que pase que no tengan carta de bebidas que es importante, porque al final todos los precios tienen que estar reflejados en alguna parte”, continúan. Si un comensal pide la carta física también se la tienen que dar, puesto que no todas las personas tienen “por qué llevar el móvil para escanear el QR”. Por su parte, el letrado añade que lo de estos sistemas “también es muy discutible”.
En algunos establecimientos, por miedo a que se cancelen las reservas y no obtengan ningún beneficio, pueden solicitarte un importe cuando se hace una reserva, pero esa cuantía siempre la tienen que descontar del precio final. “Por último, te pueden cobrar por la leche del café o por el hielo, pero te lo tienen que avisar”, finalizan.