El presidente Donald Trump anunció el sábado aranceles del 25% a dos socios históricos, Canadá y México, y del 10% a productos chinos, aunque la aplicación del arancel mexicano los ha aplazado un mes. Sin embargo, en lo que respecta a la Unión Europea, todavía no hay medidas claras sobre la mesa.
El republicano lleva semanas asegurando que Europa trata a Estados Unidos “muy muy mal” y llegando a decir que la UE es “una atrocidad”. El pasado viernes, en rueda de prensa, Trump anunció que esos aranceles llegarán “muy muy pronto”.
Este anuncio ha estado en el centro de las negociaciones de los representantes de la UE de estos días: “Si nos atacan en temas comerciales, Europa, como una potencia firme, tendrá que hacerse respetar y, por lo tanto, reaccionar", dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, al llegar a la sede de la reunión.
También el canciller alemán, Olaf Scholz, ha advertido que como área comercial fuerte, Europa debe decidir su futuro “y responder con aranceles a las políticas arancelarias”, aunque también ha manifestado que prefiere la vía de la cooperación.
Por otro lado, otro influyente dirigente europeo, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, no estuvo de acuerdo con Scholz y apuntó que las guerras comerciales son “totalmente innecesarias y estúpidas”, y pidió a sus homónimos europeos no dejar a un lado el “sentido común”.
La propia Comisión Europea, a través de un portavoz, advirtió el pasado fin de semana que responderían “con firmeza” ante cualquier anuncio de imposición de aranceles. El mismo portavoz insistió en que hay mucho en juego, “los aranceles provocan perturbaciones en la economía, y son dañinas para todos los lados”.
Reunión informal sobre defensa
Hoy, los líderes de la UE se han juntado en el palacio de Egmont en Bruselas (también conocido como Palacio de Arenberg) en una reunión de reflexión informal para abordar cómo mejorar la defensa comunitaria y ganar autonomía en seguridad y cómo fortalecer las asociaciones internacionales, como había propuesto el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Las relaciones transatlánticas iban a ser abordadas extraoficialmente pero ese debate ha acabado ganando peso en la reunión.
Mark Rutte, el Secretario General de la OTAN, afirmó que “la defensa europea sin Estados Unidos no funcionará”, por lo que a pesar de que las reuniones de hoy estuvieron enfocadas en la defensa europea, no pudieron dejar de lado las conversaciones sobre los posibles aranceles con los que amenaza su homónimo norteamericano.
“Una OTAN, o como se llame entonces la organización, sin Estados Unidos, por muchas razones, no funcionará”, dijo Rutte a los periodistas.
Al llegar a la cumbre informal, la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, la estonia Kaja Kallas, repitió que Europa y Estados Unidos se necesitan mutuamente.
“Necesitamos a Estados Unidos y Estados Unidos nos necesita también”, dijo, asegurando que los aranceles “aumentan los costes y no son buenos para el empleo”, afirmando como portavoz de los Veintisiete que, en las guerras comerciales “no hay ganadores”.
Durante esta sesión, los líderes mantuvieron un almuerzo con Rutte y tienen previsto cenar con el primer ministro británico, Keir Starmer, quien, por su parte, confía en que Donald Trump no imponga aranceles al Reino Unido, por conversaciones que ha tenido con el estadounidense en las que aclararon que “se podía llegar a un acuerdo con Londres”.
La presencia de Starmer en la reunión europea es algo muy relevante para la UE porque por primera vez en cinco años, el tiempo pasado desde que el Brexit entró en vigor, un primer ministro del Reino Unido ha acudido como invitado a una reunión del Consejo Europeo.
España pide “moverse con urgencia”
Por su parte, el Gobierno español ha instado este lunes a que la UE se “ponga la alerta” ante las declaraciones del mandatario estadounidense.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, señaló, en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, que “no se puede ser ingenuos” con el presidente de Estados Unidos y que hay que estar preparados para acudir a la Organización Mundial del Comercio (OMC) como respuesta a sus políticas arancelarias.