Durante años, la hostelería estuvo atravesada por la máxima de que el cliente siempre tiene la razón. Pero parece que poco a poco esto está cambiando. Ante unas condiciones laborales marcadas por la precariedad, cada vez son más los camareros y camareras que deciden alzar la voz para denunciar la situación del sector.
Sin embargo, sus pretensiones entran en conflicto con la era actual. Internet ha otorgado la capacidad de hablar de todo y que esto quede por escrito y a la vista de todo el mundo. En lo que concierne a bares y restaurantes, ahora las reseñas de Google son un elemento más a tener en cuenta. La mala prensa puede salir muy cara y cualquiera puede escribir en la plataforma. Por tanto, a día de hoy son una presión más para los trabajadores.
Jesús Soriano, conocido en redes sociales como Soy Camarero, lleva ocho años denunciando en sus redes sociales las situaciones a las que se enfrentan diariamente sus compañeros de profesión. A través de sus publicaciones, denuncia jornadas laborales excesivas, la falta de días de descanso y salarios por debajo del mínimo legal. Además, también analiza y comenta las reseñas que los clientes dejan a los locales. Así, es precisamente esto lo que le ha llevado a ser tendencia en X durante los últimos días.
La última denuncia de ‘Soy Camarero’
“Reseña dura…”, así es como ha valorado Soriano a esta reseña. Y es que la calificación ya era de uno sobre cinco, la mínima posible. Ahora bien, parece que en este caso el cliente estaba especialmente enfadado, por lo que ha decidido acompañar su puntuación con un extenso argumentario.
“Antes de todo, me sorprende que el dueño y gerente de este local no esté en la cárcel, porque desde 2001 que no veía tremendo acto terrorista”, empieza diciendo. “Lo único que esto es terrorismo alimentario, si entra Chicote aquí tiene para 20 programas de 1 hora cada uno, panda de cerdos”, agrega.
Por lo que cuenta, parece que la comida fue un completo desastre. “Más de 1 hora de espera y para mi sorpresa la comida que llegó era peor que la parte de atrás de una nevera: dos pizzas que parecían rodajas de pierna de mutante, un poco más y la bacon crispy me saluda”, cuenta. “Sin obviar que estaba más dulce que el colacao de un niño tonto, las alas de pollo parecían de una ración militar, pero porque los pollos usados vienen de 1914 mínimo y las patatas han sido de los peores tubérculos que mi boca de gordo ha comido”, añade. “Lo único bueno era la Coca-Cola y menos mal”, concluye.
La reacción de los usuarios
A pesar de que en situaciones similares los seguidores de Soriano aprovechan para cargar contra la ausencia de control en las plataformas en línea, esta vez el tono de esta reseña ha permitido abrir un espacio de humor. “Queremos saber quién es el señor para leer todas sus reseñas”, escribe un usuario. “Le ha faltado decir que la Coca Cola era de 1986″, agrega otro.