En general, a no ser que se traten del síntoma de una dolencia más grave, los mareos acabarán por mejorar solos. Cuando una persona acude al médico por este motivo, el profesional en cuestión hará un análisis del caso particular, preguntando por los síntomas y los medicamentos, si alguno, que se estén consumiendo regularmente. Además, se suele realizar un examen físico a través del que se determina si esos mareos provocan o se deben a irregularidades relacionadas con el equilibrio, el andar, y el funcionamiento del sistema nervioso central.
Algunas de las pruebas que se podrían realizar son un análisis del movimiento de los ojos y de la cabeza, otro de posturografía (una prueba que mide y valora la capacidad de equilibrio de un paciente), o análisis sanguíneos y otras pruebas relacionadas con la salud cardiovascular. A partir de estas comprobaciones, los profesionales sanitarios diseñarán el tratamiento necesario, que podría incluir la ingesta de algún medicamento y ejercicios terapéuticos.
A pesar de que existen medicamentos diseñados específicamente para tratar el vértigo y el mareo, también hay una variedad de remedios caseros que pueden ayudar a reducir los síntomas o eliminarlos por completo, sin necesidad de acudir a un profesional médico (aunque siempre es recomendable en caso de que sea algo habitual) o de ingerir fármacos.
Qué hacer en casa contra el mareo y el vértigo
Lo primero que se recomienda, según FisioClinics Bilbao, es realizar ejercicio físico con regularidad. Esto se debe a que la actividad física mejora la circulación sanguínea y ayuda a mantener el equilibrio del sistema vestibular (situado dentro del oído interno y encargado de mantener el equilibrio y la postura, coordinar los movimientos del cuerpo y la cabeza y fijar la mirada en un punto del espacio), lo cual puede reducir la frecuencia y la intensidad de los mareos. También se defiende la funcionalidad de la acupresión, una técnica terapéutica basada en los mismos principios que la acupuntura, pero sin agujas: en particular, aplicar presión sobre el punto P6 (ubicado en los dos tendones entre el antebrazo interno y la muñeca) durante unos minutos y alternando entre ambas muñecas podría contribuir a reducir los síntomas de mareo.
Otro ejercicio que puede ser de ayuda es la llamada Maniobra de Epley. En caso de que los síntomas de vértigo se presenten desde el lado izquierdo y el oído izquierdo, el procedimiento a seguir es el siguiente: en primer lugar, sentarse en el borde de una cama y girar la cabeza unos 45 grados a la izquierda; a continuación, acostarse rápidamente boca arriba, también en un ángulo de 45 grados, y mantener esta posición durante 30 segundos; después girar la cabeza hacia el lado opuesto unos 90 grados y, sin levantarla mantener esa posición durante otros 30 segundos; seguir por girar la cabeza y todo el cuerpo hacia el lado derecho, mirando hacia abajo durante 30 segundos; y acabar por sentarse lentamente, permaneciendo sentado durante unos minutos. Si, por el contrario, el vértigo comienza en el lado y oído derechos, se deben seguir las mismas instrucciones, pero al revés.
Del mismo modo, una dieta rica en vitamina B6 (esencial para el equilibrio del sistema nervioso), incorporando alimentos como plátano, aguacates, frutos secos o espinacas a los menús semanales, puede ayudar a reducir los mareos, especialmente en casos de náuseas por movimiento. También es recomendable mantenerse suficientemente hidratado: el cuerpo necesita de 8 a 12 tazas de líquido por día. Si bien esto incluye todos los líquidos, el agua es la mejor opción porque no contiene calorías ni cafeína y no es un diurético.
Qué tomar contra el mareo, según la ciencia
Además de esa serie de ejercicios y hábitos saludables de consumo, existen varios remedios naturales que también pueden ayudar con el alivio de los síntomas de mareo o vértigo. Por ejemplo, según Medical News Today, se puede consumir Ginkgo biloba, una hierba china conocida por aliviar los síntomas del vértigo y que actúa suministrando flujo sanguíneo al cerebro para aliviar los mareos y los problemas de equilibrio. También pueden hacer lo propio el té de menta (que tiene propiedades calmantes y refrescantes que pueden aliviar los síntomas de mareo, especialmente cuando están relacionados con problemas digestivos) o el jengibre (gracias a sus propiedades antieméticas y antiinflamatorias que ayudan a reducir las náuseas y equilibrar el sistema digestivo), tanto en un té como crudo.
Del mismo modo, puede optarse por un tratamiento con aceites esenciales, tanto aplicados tópicamente como inhalados. En especial, los de lavanda o de limón contribuirán a aliviar el mareo y las náuseas, pero también son eficaces los de menta y de jengibre. Alternativamente, un mejunje de vinagre de sidra de manzana y miel podría ser útil: se cree que tanto el vinagre como la miel tienen propiedades curativas que mejoran el flujo sanguíneo al cerebro.