El Juzgado de lo Social número 12 de Madrid ha sido escenario este lunes del juicio por el despido de Maika Cabrera, una limpiadora que fue cesada de su trabajo en un colegio de Madrid por subir vídeos a TikTok en los que se la veía bailando con el uniforme y una mopa.
Maika llevaba, hasta el momento de su despido, veinte años dedicados a la limpieza de diferentes instituciones educativas, y en declaraciones a los medios durante la jornada del lunes, nunca había recibido quejas por su trabajo, ni siquiera en el último centro en el que trabajó, el Colegio Gandhi de Madrid. “Me parece una injusticia muy grande. No hice nada grave y mi trabajo lo hacía perfectamente”, ha subrayado. “Me llevaba muy bien con todos los niños y los profesores”.
Vídeos para aliviar el estrés
Según se ha sabido por los informes, la razón de su cese fueron una serie de vídeos en TikTok donde aparecía ella con la ropa que utilizaba en el trabajo, realizando bailes con una mopa. Unas grabaciones que, según la propia Maika, servían para aliviar el estrés y romper la monotonía del trabajo, algo que no fue interpretado del mismo modo por la dirección del colegio, que vio en su actividad en redes una falta muy grave, tal y como se le comunicó el 22 de abril cuando se le ordenó que abandonara sus labores de manera indefinida.
Con todo, la mujer insistió en que esas grabaciones las había realizado en sus descansos o, en cualquier caso, fuera del horario laboral, y que le servían para desestresarse y motivarse, así como para romper la monotonía de su trabajo. También asegura que en ningún momento pretendió faltar a su profesionalidad y aún menos al respeto de nadie.
La empresa se negó a realizar un acto de conciliación
El abogado de Maika, Alfredo Arrién Paredes, ha solicitado que el despido se declare nulo o improcedente por el hecho de que la limpiadora no fuera advertida de que su comportamiento estaba provocando ese daño a la imagen del centro, tal y como defendió esta institución.
El letrado argumenta que, de hecho, el cese “es únicamente fruto de la avanzada edad y duración del contrato que tenía Maika con la empresa, pues ni siquiera la publicación de los vídeos es causa de despido disciplinario ni conforme al estatuto de los trabajadores ni conforme al convenio colectivo del sector de limpieza de la Comunidad de Madrid”.
El caso de Maika se volvió muy viral en TikTok cuando sucedió, aunque para evitar mayores problemas la mujer decidió desactivar los comentarios de sus vídeos. Con todo, hasta la fecha ha seguido resubiendo algunas de sus publicaciones más reconocibles y recordando algunos de los bailes que realizaba dentro de las instalaciones y las aulas. La empresa gestora del colegio, por su parte, se negó a comparecer en un acto de conciliación pese a que hubo una solicitud por parte de la defensa.