Paul Rudelle, un jubilado de 82 años residente en la comuna francesa de Le Séquestre se encuentra en una situación crítica que ha conmovido a miles de personas en todo el país. Tras el fallecimiento de su pareja en agosto de 2022, con quien compartió 37 años de vida, el hombre se enfrenta a la posibilidad de ser desalojado de la casa que ha habitado durante casi cuatro décadas. Según ha informado el medio galo France 3 Occitanie, las hijas de su difunta compañera, nacidas de una relación anterior, habrían reclamado la propiedad como parte de su herencia, con la intención de venderla para saldar deudas pendientes.
En respuesta a esta difícil situación, se ha lanzado una campaña de recaudación de fondos bajo el nombre de “SOS Paul Rudelle” en la plataforma “On Participe”, que, según ha detallado el diario, ha logrado reunir hasta el momento 56.000 euros, gracias a la contribución de cerca de 2.000 personas. El objetivo de la colecta es permitir que Rudelle pueda adquirir la vivienda y evitar así el desalojo.
Una vida dedicada a preservar su hogar
La casa en cuestión no solo ha sido el hogar de Paul Rudelle durante décadas, sino que también representa el fruto de su esfuerzo y dedicación. Y es que, cuando Rudelle conoció a su pareja, la vivienda estaba en condiciones precarias y requería reparaciones urgentes. Durante un periodo de sequía severa, la estructura estuvo al borde del colapso, pero el jubilado, que trabajaba como tallador de piedra, se encargó de reforzarla.
En declaraciones recogidas por el medio, Rudelle explicó cómo realizó las reparaciones: “Puse tablillas en todas las grietas, porque si no, metías el pie por ellas. Puse once pilares a lo largo de las fachadas. Luego enyesé las paredes. Utilicé sacos de cemento”. Estas labores no solo garantizaron la estabilidad de la casa, sino que también la convirtieron en un lugar seguro y habitable.
El fallecimiento de Simone, la compañera de vida de Paul Rudelle, en 2022 marcó un punto de inflexión en su vida. Paul explica que cuidó de Simone hasta sus últimas horas: “Las niñas no venían mucho, estaban en Baraqueville”, comentó, “Y al día siguiente de morir Simone me dijeron: ahora te vas”.
Además de enfrentarse al duelo por la pérdida de su pareja, ahora debe lidiar con la incertidumbre de perder el hogar que ambos compartieron, ya que las hijas de Simone, que son las herederas legales de la propiedad, buscan vender la casa para cubrir deudas, lo que ha dejado a Rudelle en una posición vulnerable. Por ello, desde finales de febrero, Paul cuenta su historia en un vídeo publicado en YouTube.
La situación legal ha generado un amplio debate en Francia sobre los derechos de las parejas no casadas y las implicaciones de las herencias en casos similares. Aunque Rudelle ha vivido en la casa durante casi 40 años y ha contribuido significativamente a su mantenimiento, no tiene derechos legales sobre la propiedad, ya que no estaba casado con Simone ni figuraba como copropietario.
Un movimiento de solidaridad nacional
La historia de Paul Rudelle ha despertado un notable movimiento de solidaridad en Francia. Según publicó France 3 Occitanie, la campaña “SOS Paul Rudelle” fue lanzada a finales de febrero de 2024 y rápidamente captó la atención de miles de personas. En menos de dos meses, la colecta alcanzó los 56.000 euros, una cifra que refleja el apoyo masivo hacia el jubilado.
El objetivo de la campaña es recaudar los fondos necesarios para que Rudelle pueda comprar la casa a las herederas de Simone y así evitar el desalojo. Aunque la suma recaudada hasta ahora es significativa, aún no se ha confirmado si será suficiente para cubrir el costo total de la propiedad.
Mientras tanto, el jubilado sigue enfrentando la incertidumbre sobre su futuro. Aunque la campaña de recaudación ha sido un éxito en términos de movilización ciudadana, el desenlace de esta historia aún está por definirse.