“Probando uno de los más típicos gastronómicos de España, el jamón serrano” puede leerse en la descripción de la publicación en TikTok de Catalina Huenulao (@cataa.hueulao), la ganadora de Miss International Chile en la edición de 2022. Aparentemente, era la primera vez que tanto ella como una amiga suya de Perú habían comido el tan típico, casi mítico “plato” español.
Se trata de un alimento obtenido a partir de la salazón y secado al aire de las patas traseras del cerdo, tanto de cerdo ibérico (que puede ser, además, de bellota si la dieta del cerdo ibérico incluía cierta cantidad de este fruto durante el periodo de engorde) como de cerdo blanco, la versión más barata.
La primera cata de Cata
“(Vamos a) probar jamón” anuncian, y a continuación le dan un buen bocado a la loncha que sostienen. “Mmm” es lo primero que pudieron decir, seguido de un asentimiento de aprobación y un “viva España”, y es que incluso las personas con menos sentimiento nacionalista tropiezan un poco de orgullo al probar determinados platos de la gastronomía española.
Aparentemente, además, les salió gratis, porque fue “dado por nuestros nuevos amigos españoles”, anuncia Cata, a lo que una voz, desde fuera de plano, añade, con orgullo, “¡de Ávila!”. “Esto se lo comen con pancito, ¿no?“. Y es que parece que ninguna de las dos protagonistas tiene mucha idea de, al menos, este alimento concreto de la gastronomía española, porque cuando su “nueva amiga” de Ávila les dice que es de cerdo, reaccionan con sorpresa: “¡Esto es cerdo! Yo pensaba (que era) vaca“.
No hace falta que digan explícitamente que les ha gustado, porque lo demuestran con muy pocas palabras y sin parar de asentir con una sonrisa de oreja a oreja. “Tiene un sabor…” empieza Cata, y su amiga le termina la frase con un “ahumado” (a saber); y Cata añade “y una textura…” pero no encuentra con qué compararlo. Según Chile y Perú, el jamón serrano es único e incomparable. Y sabe ahumado, por algún motivo.
“Nuevo, pero rico”, sentencia Cata, tras lo que la señora abulense que les facilitó la experiencia explica cómo “aquí hay gente que lo blanco no se lo come porque tiene mucha grasa”, a lo que la influencer responde, entre risas y mirando a cámara, que “nos lo comimos todo”. “Me gustó”, sentencian, enseñando además una lata de cerveza Estrella Galicia. Mal gusto no tienen.
Según añaden en la descripción, el jamón serrano les recordó bastante “al proshuto (prosciutto) de Capitán Pastene en Chile”, un pueblo chileno formado por inmigrantes italianos ubicado en el suroeste de la provincia de Malleco, originalmente llamado Colonia Nueva Italia, pero rebautizado en honor al capitán genovés Giovanni Battista Pastene, quien exploró las costas chilenas bajo la autoridad del fundador de Chile, Pedro de Valdivia.
Aunque a simple vista puedan parecer casi iguales, el jamón serrano y el prosciutto italiano tienen varias diferencias fundamentales, tanto en cuanto a su preparación, los cerdos que lo “producen” y su alimentación, o la temperatura a la que se secan. Claro, incluso su sabor y textura son diferentes: el jamón serrano es mucho más seco y salado, y el prosciutto, más suave, dulce y húmedo. Aunque sería mejor que no le dijesen a un italiano que el prosciutto es jamón serrano (y viceversa), la comparación se puede perdonar. Al final, son dos variedades de lo mismo, en realidad.